lunes, mayo 24, 2010

MEMORIAS

Capítulo XVII

El corazón se me aceleró, se me pasaron tantas ideas por la cabeza y cuál de todas más absurdas, en estos momentos al recordarlas me dan risa. Sabía que lo que me diría Blanca no era nada bueno, al menos eso parecía por su tono de voz y la expresión de su cara. Llegué a pensar que Octavio era un asesino, un estafador o que ya tenía una familia formada por otro lado y simplemente se estaba aprovechando de Esperanza y quería hacer lo mismo conmigo. Imaginé las cosas más insólitas mientras mi amiga seguía en silencio, no aguante más y tomando aire la obligué a hablar.

-Blanca, por favor dime lo que sea que hayas averiguado. Si Octavio ha estado jugando conmigo y me ha visto la cara de tonta quiero saberlo para encararlo.

-Pero Rosario ¿cómo se te ocurre decirme eso? Una dama no debe enfrentarse sola a un hombre, en ese caso deberías hablar con tus hermanos para que ellos le den una lección.

Con sus palabras mi amiga no hacía más que confirmarme que yo también había sido uno de los juguetes de Octavio o al menos eso parecía, cada vez me ponía más impaciente suponiendo lo peor.

-¡Dime de una vez, Blanca! ¿Qué es lo que sabes de Octavio?

-¡Ay, Rosario! ¡Es que me da pánico tu reacción y que te enojes conmigo por no habértelo dicho antes! Por favor promete que vas a escucharme hasta el final.-Dijo mi amiga con voz acongojada.

Dudé un momento en si prometerle o no, me conocía bien y sabía que si era algo malo la ira se apoderaría de mí y me transformaría en otra persona tuviera o no ella la culpa de algo. Finalmente hice un esfuerzo sobrehumano y accedí a su petición, con esto y viéndome tranquila mi amiga se dispuso a hablar.

-¿Recuerdas esa mañana que me invitaste a desayunar contigo y tu madre hace un mes?

-Claro que la recuerdo pero ¿qué tiene que ver eso con Octavio?

-Ten paciencia, ya entenderás. Cuando llegué ese día tu madre estaba en la cocina preparando el desayuno y tú estabas en tu dormitorio terminando de arreglarte cuando sonó el timbre, así que fui yo a abrir la puerta. Era el mensajero que llevaba, como todos los días, un nuevo ramo de tulipanes del famoso admirador secreto. Cuando el joven se fue aún estaba sola esperándote por lo que me fui al living con el ramo para entregártelo personalmente, sabía que si tu madre veía el ramo con tarjeta no dudaría en leerla sin tu permiso.

Mi amiga hizo una pausa mientras me miraba fijamente y yo comencé a recordar ese día detalladamente porque aún no encontraba sentido a lo que me estaba contando y por otro lado me di cuenta de que había algo demás en su historia que no dudé en mencionarle:

-Blanca, recuerda que ese día el ramo llegó sin ninguna tarjeta ¿Qué iba a leer mi madre? Estas confundida…

-Cuando termine entenderás todo. Déjame continuar sin interrupciones porque a medida que me acerco al final más me dan ganas de callar.-Dijo Blanca con temor.

-¡No seas exagerada y deja de asustarme! Está bien, continúa.

-El ramo si tenía una tarjeta y cómo siempre he sido curiosa al ver que te demorabas no me aguante y decidí leerla, yo sabía que no te enojarías por eso porque siempre has perdonado mis imprudencias. Saqué la tarjeta y me puse a leer con atención. No recuerdo bien las palabras pero era algo bastante romántico y sin duda de un hombre muy enamorado, sin embargo hubo algo mucho más importante que llamó mi atención ¡Por fin la tarjeta venía firmada y el misterio se había resuelto!

-¿¡Sabías que Karim era mi admirador secreto!? Mira Blanca, sigo sin entender que tiene que ver esto con Octavio pero eso ya no me interesa. ¡Puedo tolerar que hayas leído la tarjeta pero no te perdono que te hayas callado algo así! ¡Estabas enterada de lo importante que era para mí saber quién era el que me mandaba lo tulipanes!-Interrumpí dejando que mis palabras fluyeran como un río sin si quiera respirar.

-¡Rosario, cálmese! Me prometió que iba a escuchar hasta el final y todavía no termino. ¡Ay Dios! Mejor no sigo.-Dijo mi amiga aún más angustiada que al principio.

Ella tenía razón, debía calmarme y esperar a que terminara la historia porque alguna razón tenía que haber para que se hubiera guardado una cosa así.

-Discúlpame Blanca, pero es que me desespera no entender nada. Sigue.-Sugerí mientras me obligaba a ser más paciente.

-Cuando vi el nombre de quién firmaba me llevé una impresión muy grande, realmente era algo que ni tú misma te esperabas y en ese instante no pensé en nada. Lo único que tenía claro era que ni tú ni tu madre debían enterarse de quien era el hombre misterioso. Fue por eso que rompí la tarjeta y te mentí diciendo que el ramo venía sin nada, si hubieras llegado a leer esa tarjeta no quiero ni pensar lo que hubiera pasado.

Blanca hizo una pausa y esta vez si esperaba a que yo dijera o preguntara algo para poder continuar, en ese momento ni me imaginaba lo que venía después. Habían muchas dudas pero seleccioné cuidadosamente mi pregunta para poder comenzar a hacerme una idea de lo que pasaba.

-Pero ¿por qué te dio tanto miedo? Tú y yo sabíamos que Karim andaba en busca de noviazgo y que mi madre estaba ansiosa porque pasara algo entre él y yo. No entiendo que es eso tan terrible que hubiera pasado, Karim es un hombre querido por todos en mi familia. ¿Qué pasa Blanca?

Mi amiga se agarró la cabeza mostrando preocupación y exhaló un gran suspiro, cada vez me asustaba más. Cuando por fin se sintió lista decidió hablar nuevamente:

-Es verdad que Karim es un hombre muy querido por tu familia y eso ha sido así desde siempre pero precisamente ese es el problema…

-No entiendo ¿De qué estas hablando? ¿Cuál es el problema?-Pregunté aturdida.

-El problema es que Karim no era quien te enviaba los tulipanes. Rosario, tu admirador secreto…es Octavio.

Capítulo XVI

El corazón se me aceleró, se me pasaron tantas ideas por la cabeza y cuál de todas más absurdas, en estos momentos al recordarlas me dan risa. Sabía que lo que me diría Blanca no era nada bueno, al menos eso parecía por su tono de voz y la expresión de su cara. Llegué a pensar que Octavio era un asesino, un estafador o que ya tenía una familia formada por otro lado y simplemente se estaba aprovechando de Esperanza y quería hacer lo mismo conmigo. Imaginé las cosas más insólitas mientras mi amiga seguía en silencio, no aguante más y tomando aire la obligué a hablar.

-Blanca, por favor dime lo que sea que hayas averiguado. Si Octavio ha estado jugando conmigo y me ha visto la cara de tonta quiero saberlo para encararlo.

-Pero Rosario ¿cómo se te ocurre decirme eso? Una dama no debe enfrentarse sola a un hombre, en ese caso deberías hablar con tus hermanos para que ellos le den una lección.

Con sus palabras mi amiga no hacía más que confirmarme que yo también había sido uno de los juguetes de Octavio o al menos eso parecía, cada vez me ponía más impaciente suponiendo lo peor.

-¡Dime de una vez, Blanca! ¿Qué es lo que sabes de Octavio?

-¡Ay, Rosario! ¡Es que me da pánico tu reacción y que te enojes conmigo por no habértelo dicho antes! Por favor promete que vas a escucharme hasta el final.-Dijo mi amiga con voz acongojada.

Dudé un momento en si prometerle o no, me conocía bien y sabía que si era algo malo la ira se apoderaría de mí y me transformaría en otra persona tuviera o no ella la culpa de algo. Finalmente hice un esfuerzo sobrehumano y accedí a su petición, con esto y viéndome tranquila mi amiga se dispuso a hablar.

-¿Recuerdas esa mañana que me invitaste a desayunar contigo y tu madre hace un mes?

-Claro que la recuerdo pero ¿qué tiene que ver eso con Octavio?

-Ten paciencia, ya entenderás. Cuando llegué ese día tu madre estaba en la cocina preparando el desayuno y tú estabas en tu dormitorio terminando de arreglarte cuando sonó el timbre, así que fui yo a abrir la puerta. Era el mensajero que llevaba, como todos los días, un nuevo ramo de tulipanes del famoso admirador secreto. Cuando el joven se fue aún estaba sola esperándote por lo que me fui al living con el ramo para entregártelo personalmente, sabía que si tu madre veía el ramo con tarjeta no dudaría en leerla sin tu permiso.

Mi amiga hizo una pausa mientras me miraba fijamente y yo comencé a recordar ese día detalladamente porque aún no encontraba sentido a lo que me estaba contando y por otro lado me di cuenta de que había algo demás en su historia que no dudé en mencionarle:

-Blanca, recuerda que ese día el ramo llegó sin ninguna tarjeta ¿Qué iba a leer mi madre? Estas confundida…

-Cuando termine entenderás todo. Déjame continuar sin interrupciones porque a medida que me acerco al final más me dan ganas de callar.-Dijo Blanca con temor.

-¡No seas exagerada y deja de asustarme! Está bien, continúa.

-El ramo si tenía una tarjeta y cómo siempre he sido curiosa al ver que te demorabas no me aguante y decidí leerla, yo sabía que no te enojarías por eso porque siempre has perdonado mis imprudencias. Saqué la tarjeta y me puse a leer con atención. No recuerdo bien las palabras pero era algo bastante romántico y sin duda de un hombre muy enamorado, sin embargo hubo algo mucho más importante que llamó mi atención ¡Por fin la tarjeta venía firmada y el misterio se había resuelto!

-¿¡Sabías que Karim era mi admirador secreto!? Mira Blanca, sigo sin entender que tiene que ver esto con Octavio pero eso ya no me interesa. ¡Puedo tolerar que hayas leído la tarjeta pero no te perdono que te hayas callado algo así! ¡Estabas enterada de lo importante que era para mí saber quién era el que me mandaba lo tulipanes!-Interrumpí dejando que mis palabras fluyeran como un río sin si quiera respirar.

-¡Rosario, cálmese! Me prometió que iba a escuchar hasta el final y todavía no termino. ¡Ay Dios! Mejor no sigo.-Dijo mi amiga aún más angustiada que al principio.

Ella tenía razón, debía calmarme y esperar a que terminara la historia porque alguna razón tenía que haber para que se hubiera guardado una cosa así.

-Discúlpame Blanca, pero es que me desespera no entender nada. Sigue.-Sugerí mientras me obligaba a ser más paciente.

-Cuando vi el nombre de quién firmaba me llevé una impresión muy grande, realmente era algo que ni tú misma te esperabas y en ese instante no pensé en nada. Lo único que tenía claro era que ni tú ni tu madre debían enterarse de quien era el hombre misterioso. Fue por eso que rompí la tarjeta y te mentí diciendo que el ramo venía sin nada, si hubieras llegado a leer esa tarjeta no quiero ni pensar lo que hubiera pasado.

Blanca hizo una pausa y esta vez si esperaba a que yo dijera o preguntara algo para poder continuar, en ese momento ni me imaginaba lo que venía después. Habían muchas dudas pero seleccioné cuidadosamente mi pregunta para poder comenzar a hacerme una idea de lo que pasaba.

-Pero ¿por qué te dio tanto miedo? Tú y yo sabíamos que Karim andaba en busca de noviazgo y que mi madre estaba ansiosa porque pasara algo entre él y yo. No entiendo que es eso tan terrible que hubiera pasado, Karim es un hombre querido por todos en mi familia. ¿Qué pasa Blanca?

Mi amiga se agarró la cabeza mostrando preocupación y exhaló un gran suspiro, cada vez me asustaba más. Cuando por fin se sintió lista decidió hablar nuevamente:

-Es verdad que Karim es un hombre muy querido por tu familia y eso ha sido así desde siempre pero precisamente ese es el problema…

-No entiendo ¿De qué estas hablando? ¿Cuál es el problema?-Pregunté aturdida.

-El problema es que Karim no era quien te enviaba los tulipanes. Rosario, tu admirador secreto…es Octavio.

No hay comentarios.: