viernes, mayo 14, 2010

MEMORIAS


Capítulo XIV

¿Karim era mi admirador secreto? ¿Cómo era posible? ¿Por qué? Tenía tantas preguntas en la cabeza y lo peor es que a ninguna le encontraba respuesta. Definitivamente no entendía nada de lo que estaba pasando.

Por fin llegaron nuestros invitados así que mi madre propuso pasar a tomar un aperitivo al living. Yo no podía sacarme de la cabeza el asunto de los tulipanes por lo que no aguanté y le pedí a Karim que me acompañara al jardín un momento, a nadie pareció importarle nuestra ausencia así que rápidamente lo agarré de un brazo y salimos.

-Rosario ¿se siente mal?-Karim me miró extrañado.

-No, sólo quería hacerle una pregunta…En realidad aclarar una duda.

-¿Qué duda sería esa?

-¿Es usted mi admirador secreto? ¿Usted ha estando enviándome estos tulipanes por semanas?-Pregunté aún desconcertada.

Karim vaciló un momento, se veía un poco nervioso pero a pesar de todo finalmente me respondió:

-Si, Rosario. Yo he estado enviándole esos tulipanes.

-Pero ¿por qué nunca firmó las pocas tarjetas que mandó? ¿Por qué nunca me dijo nada? ¿A caso no somos amigos?

-¡Eh, si! Bueno, lo que pasa es que yo sé que usted no anda en busca de compromisos por eso no quería su rechazo inmediato. Fue una estrategia, si no se enamoraba de Karim se enamoraría del anónimo. ¡Perdóneme! Pero de verdad, Rosario yo quiero estar contigo.-Dijo Karim con la cabeza gacha tratando de esconder su vergüenza.

No sabía si enojarme o estar feliz, tanto deseé saber quien era el hombre que me enviaba esos ramos de tulipanes algunas veces con unas tarjetas preciosas, a veces sin nada y resultaba que siempre lo había tenido en frente. ¡Y yo que había recorrido toda la lista de pretendientes! Había pensado en Marcelino, incluso llegué a pensar que era un juego de Octavio, lo creí con mayor firmeza después de nuestra última conversación. Pero me había equivocado porque todo era un montaje de Karim para conquistarme, me enterneció y lo perdoné de inmediato.

Entramos a la casa sin que yo le dijera nada más que estaba disculpado, no quise hacer comentario sobre su dudosa declaración de amor. Estábamos a punto de sentarnos a comer cuando sonó el timbre, mi madre se apresuró a abrir la puerta y se demoró un poco en volver pero cuando se presentó en el living no venía sola, Octavio la acompañaba.

Fue una sorpresa para todos que él estuviera ahí ya que todos tenían claro que no simpatizábamos por lo que claramente no era bienvenido al menos por mi parte. Mi madre no tardó en explicar la presencia de Octavio:

-Amir, el señor Martínez viene a hacerte una consulta sobre las argollas de matrimonio.

-Es verdad, siento mucho importunar su cena pero no he tenido tiempo de pasar a la joyería y el matrimonio es en dos meses…Necesito saber el costo y todas esas cosas.-Dijo Octavio con un nerviosismo extremo, incluso puedo afirmar que estaba hiperventilado.

-Le dicho que no hay inconveniente en que hablen de esas cosas pero que sea después de comer y no me quiere aceptar la invitación. A ver si tú lo convences, hijo.

-¡Quédese, hombre! ¡No se puede perder este banquete! Después de comer podremos hablar sobre las benditas argollas.-Insistió Amir.

No me gustaba para nada la idea de que Octavio se quedara ahí, eso me confundía aún más de lo que ya estaba pero si hubiera dicho una sola palabra para que se fuera me habrían crucificado, a fin de cuentas él estaba ahí como cliente.

Los hombres, por su puesto, pasaron a sentarse mientras mi madre, Blanca y yo servíamos los platos en la cocina. Mi amiga me notó distraída y cuchicheando se decidió a averiguar que me pasaba:

-¿Qué te pasa? Andas cómo en la luna y no en el buen sentido. ¡Ay, estoy tan feliz por ti, amiga!

-¿Feliz por mi? ¿Por qué?

-¿Cómo por qué? ¡Porque Karim es un hombre encantador y está loco por ti! Acabo de conocerlo formalmente y me ha dado muy buena impresión, estoy segura de que te ama.

No quise decir nada, a parte de estar confundida estaba aterrada porque no quería herir a Karim, sin embargo nada de lo que pensé en esos momentos sirvió de algo. La noche parecía estar llena de sorpresas que iban más allá de mi imaginación y eso que aún faltaba una más.

Por fin estuvimos todos comiendo, el ambiente era bastante agradable y para mi fortuna a Octavio lo sentaron bastante lejos de mí por lo que a ratos olvidaba que estaba presente. Yo estaba sentada entre Blanca y Karim pero aunque contaban con toda mi atención había momentos en los que buscaba la mirada de Octavio tratando de descifrar que nos pasaba y si lo que me había dicho era real.

En un momento me concentré bastante pensando en Octavio, tanto que di un salto cuando Karim se puso de pie y alzó su copa de vino justo antes de llegar al postre, un gesto que no impresionó a nadie sólo a mi. En ese momento pensé que había algo que yo no sabía pero que el resto estaba muy bien enterado, el silencio era sepulcral, todos estaban expectantes a lo que iba a decir Karim:

-Antes que todo quiero agradecer a la señora Nassiha por esta exquisita comida que ha preparado y compartido con nosotros de manera tan amable.

Mi madre le dedicó una sonrisa cariñosa y hasta se paró a darle un abrazo, fue en ese momento en el que sentí realmente miedo. Karim continuó:

-Pero mi presencia esta noche aquí es por ti, Rosario.

-¿Por mi?-Pregunté temerosa.

-Si. Hay algo muy importante que necesito preguntarte hoy, aquí delante de todos tus seres queridos. Rosario ¿Quieres ser mi novia?

No hay comentarios.: