miércoles, agosto 17, 2011

Quiero

¡Quiero volver a ser la bruta que era! Que no quede vestigio en mí del amor que en un tiempo abrigó mi corazón, que me llevó a ser blandengue y sacó lo peor de este ser…La ternura y las lágrimas.
¡Quiero volver a ser la piedra de siempre! La que no lloraba, la que no amaba, la que siempre escuchaba, en fin. Quiero volver a ser la “fomeque” de antes cuya única ventaja era no sufrir y que funcionaba muy bien así.
Quiero que desaparezca de mí esa cosa de piel, esas ganas de abrazar y acariciar, esa cosa melosa que seguramente existía muy adentro pero que tenía durmiendo y ahora que despertó no se como apagar. Quiero volver a aceptar la soledad que nunca me molestó y sin embargo ahora me tortura, yo estaba bien sola ¿Qué me pasó?
¿En que parte se perdió mi esencia? ¿Será que después de tanto frío me hice adicta al calor? ¡No! ¡Me rehúso a que sea así! Siempre viví en calma y ahora sufro en la tempestad, quiero borrar de mi mente que alguna vez amé y a quien amé. Quiero volver a ser yo, la de hace algunos años no la que soy ahora. No quiero seguir sumergida en este dolor pero ¿qué puedo hacer si el olvido no llega? Nadie entiende, nadie tiene idea del infierno que existe en mi cabeza por más que digan lo contrario…La gente se cansa de escuchar siempre lo mismo y nunca logran comprender, aunque yo si esté dispuesta a escuchar mil veces la misma historia.
No quiero sentir esta sensación de abandono, ni la tristeza y menos el desamor. Me siento rota, quebrada, destruida, devastada, viviendo una agonía larguísima o como una muerta en vida. Muchos pensaran que exagero pero yo creo que me quedo corta, esta sensación tan horrible es casi indescriptible y aunque todos la han sentido alguna vez para cada uno es diferente, siempre es diferente cuando se trata de amar.
¡Yo no necesitaba amor! ¡No necesitaba amar ni ser amada! ¿O si? ¡No! Siempre me agradó mi libertad porque estaba y estoy conciente de que el amor era, es y será un cacho. Sabía que todo iba a terminar así porque soy bruja y las brujas no estamos hechas para amar y menos para que nos amen. Nuestra misión en este mundo es otra: Predecir, separar, unir, odiar, maldecir, hacer la vida miserable a quien lo merezca por encargo, ser hirientes, irónicas, feas, descuidadas y desagradables. No, definitivamente el amor no cabe en nuestras vidas a menos que esté dirigido hacia los gatos.
 Va a sonar cursi lo que voy a decir pero parece que el amor es una magia demasiado poderosa, contra eso nada que hacer pero aún así no lo acepto. No sé como vivir con esto.
¿Por qué no puedo volver a ser la que era? ¿Por qué no puedo dejar de sentir? ¿Cómo hago para volver a ser la bruja desalmada? Ya no quiero sentirme como la damisela en peligro que espera el rescate de su príncipe porque eso ya pasó y me dejaron caer en el camino, a mi nadie me puede salvar ni si quiera yo misma porque soy mi peor verdugo. Por eso estoy resignada a ser bruja, por eso quiero olvidar que alguna vez sentí amor y me hicieron sentir amada, no estoy hecha para esto porque no soporto perder ni el dolor y en este cuento yo siempre perderé y me dolerá.