miércoles, septiembre 28, 2011

RENUNCIO

Yo renuncio, renuncio a mi vida, a cada parte de mí. Renuncio a ser amiga, compañera, confidente, cocinera, “escritora”, bruja y hasta músico. Renuncio a ser yo, a la que era, la que soy y la que iba a ser. No más.
Estoy cansada, hastiada de ser desechable, de ser olvidable y de ser usada. Estoy harta de estar siempre, soy como un ser de bolsillo que aparece a la hora precisa, en el lugar indicado para quien lo necesite y sin importar nada.
Renuncio a todo porque me he dado cuenta que paso por la vida de la gente sin dejar rastro pero ellos pasan por mi vida dejando huellas bastante dolorosas e imborrables como el abandono, la incomprensión y la indiferencia. Soy una persona imperfecta que se ha dado cuenta de que da mucho y recibe muy poco porque está consciente de que hay que dar sin esperar nada a cambio pero de vez en cuando sería agradable un poco de reciprocidad. Tengo millones de defectos y últimamente he comprendido que mi incondicionalidad con el resto es uno de esos tantos también. Mi entrega absoluta es más lo que me perjudica que lo que me favorece.
Siento que sobro en todas partes, que el único lugar en donde me sentía bien también terminó por cerrarme sus puertas, que camino y camino sin rumbo porque no pertenezco a nada. No hay un sitio para mí.
Yo renuncio porque la situación no tiene vuelta, no es que me crea mártir ni santa, solo estoy aburrida de ser el paño de lágrimas, de sentirme así, como un fantasma que cobra vida de vez en cuando, cuando alguien por algún motivo dudoso me recuerda y me busca.
A ratos me siento como un mendigo, uno que tiene mucha vergüenza de pedir con palabras claras lo que necesita porque soy orgullosa y me cuesta, me cuesta reconocer que no soy ni la mitad de fuerte de lo que todos creen, que yo también necesito atención, comprensión, contención y afecto. Yo también necesito cosas.
Renuncio a ser diario de vida, a ser la bruja que predice el futuro a todos pero cuyo futuro no le importa a nadie, a ser el pañuelo desechable, a ser la mejor amiga de los amigos que son y los que no son. Renuncio a esperar a que se peguen el cacho, a creer cada vez que me prometan cosas porque ya se que no cumplirán. Renuncio a seguir siendo la tonta de siempre.
Si, definitivamente yo renuncio a todo lo que tengo y a lo que no tengo, incluso a lo que podría llegar a tener. De ahora en adelante ya no voy a estar porque no me interesa y no quiero ¿me quedaré sola? Bueno, no sería muy distinto.