domingo, noviembre 24, 2013

Ida al Supermercado

     ¡Qué cosa más desagradable es ir al supermercado! ¡Me carga! Compadezco a los que tienen que ir seguido, sobre todo los fines de semana. Hoy me tocó a mi, hace tiempo que no iba pero cada vez que voy entiendo por qué le hago tanto el quite. Esa cuestión de las señoras que se atraviesan, los hombres echados en los carros estorbando y los mocosos llorando es realmente estresante. ¡Ni hablar de los precios! Da depresión comprar tres cosas y gastar una chorrera de plata.
     Por hacerla mejor se me ocurrió ir al Líder porque según yo es más barato en algunas cosas, mi antojo por costillar hizo que mi sagrado fin de semana gatuno vegetando en pijama se fuera a las pailas. Hice el sacrificio de levantarme pensando en el almuerzo de mañana: "Hace tiempo que no como costillar al horno con puré ¡mmm, que rico!" Así que partí cual abnegada dueña de casa pensando en las cosas de bruja que iba a usar para que me quedara rico, mis pociones y polvos mágicos, etc. Mientras, se me venía una imagen a la cabeza de un ama de casa de los años cincuenta con esos vestidos pomposos y una sonrisa en la cara mientras prepara un exquisito y producido almuerzo para la familia. 
     Llegué al supermercado y no habían canastos, ya eso era mal augurio porque entendí inmediatamente que las filas para pagar estarían repletas y que de 20.000 cajas habrían abiertas sólo cinco. Aún así no me importó, tomé un carro y me sentí ridícula porque sabía que iba por tres cosas, pero en fin, no podía andar con todo en los brazos. Entonces me fui derechito a la carnicería. No había tanta gente y eso me agradó, tomé un número; empecé a copuchentear los precios y busqué si había costillar, el anhelado costillar. ¡Que alivio sentí cuando lo vi resplandecer entre pollos y chuletas! Cuando me asomé a ver el precio sentí un llanto desgarrador...Mi billetera tiritaba adentro de mi cartera e imploraba compasión. ¡Que usura y que impotencia! ¡Adiós costillar! Será para otra vez. Plan B. No me quedó otra que pedir algo menos doloroso para mi bolsillo mientras me consolaba pensando en que...No, no tenía consuelo sólo rabia y frustración porque quería costillar pero bueno, a fin de mes no queda otra que estirar los tres pesos que quedan y comprar algo de la misma especie para sentir un saborcito parecido al menos. 
     Después de eso me fui a buscar las papas para mi puré con merkén mientras pensaba: "¡En esto si podré satisfacer mi antojo!" ¿ Y que pasó? Ésta vez lloré yo: ¡1500 pesos el kilo de papas! ¡Inaudito! ¡Qué lamentable! En ese momento dije en voz alta (no tan alta tampoco) "¡No pienso comprar ni una huevada!" Y con las cejas juntas partí a la sección de los congelados a comprar una bolsa de medio kilo de papas pre-fritas que tiré de mala gana adentro del carro. No quiero mencionar detalladamente el colapso que me dio cuando vi el precio de un pepino de ensalada...El precio de las lechugas era un misterio así supuse que su valor era mínimo un millón de pesos y como tantos ceros no caben en un papelito de esos lo omitieron.
     Honestamente ya no se cual es el peor sufrimiento de ir a comprar al supermercado: si andar por los pasillos chocando con pololos que van de la mano o abrazados y además con un carro que dejan atravesado en cualquier parte y que evita que la gente pueda pasar; o con las señoras que sacan a pasear a los cabros chicos que lloran porque se quieren llevar todo el supermercado. O que los hombres tan "caballeros" como siempre por andar echados como bestias estorben y los que se quieren ir luego pasen casi por encima de una ¡Ellos no deberían andar con carros! ¡Qué sepan manejar autos no les da licencia para manejar los carros en el supermercado porque son igual de imprudentes y buenos para estorbar!. Por otro lado no faltan las viejas aseguradas con un trasero enorme que se cruzan para ganarte el puesto en la fila de la caja. Y como si todo eso fuera poco nos encontramos con precios estratosféricos que hacen que la gente quede en la ruina.
     No se cómo hay personas a las que les gusta ir al supermercado, es una tortura. Espero que no me toque ir en harto tiempo más, le prendo velas a mi pobre hermana que se tiene que mamar esa tarea. Lo que es yo, lo evitaré lo más que pueda durante un buen tiempo sobre todo ahora que "viene" navidad y la gente piensa que el mundo se acabará y no habrá más comida en la tierra nunca jamás. En conclusión, si es como yo y tiene que ir al supermercado...No vaya y mande a alguien.

miércoles, noviembre 13, 2013

Viaje en Micro

     El sol me quema la cara y me siento muy incómoda. Y pensar que en algún momento de la vida me encantaba el verano, el sol, la playa...La gente. Ahora lo detesto, me carga el calor, la luz y por supuesto los colores vivos. La micro va repleta  y ni si quiera corre una pequeña brisa para hacer el viaje más ameno, son los veinte minutos más largos del día sobre todo cuando la música de fondo es un reggaetón ordinario.
     Quiero llegar a mi casa, necesito paz y tranquilidad. ¡Qué molesta es la gente! Me siento ahogada. Quiero un auto, me hace falta, pero de aquí a que pueda comprarlo todo lo que ahorre será destinado a mi funeral a los ochenta años. Espero vivir harto pero harto menos que eso, en serio, harto menos. 
     Esta porquería no avanza nada, ¡me falta el aire!...Me quiero bajar y correr pero eso sería peor. Respiro profundo y pienso en otra cosa, pienso en otra cosa. ¿En que pienso?¡Ah, no quiero pensar en nada! Estoy chata de pensar y tengo calor. ¡Maldito calor! ¡Cresta! ¿¡En que puto momento de la vida me volví tan desagradable!? ¿Siempre lo fui? Si es así, por lo menos antes me toleraba más...Ahora no me soporto y no culpo a nadie por no soportarme. 
     No, no debo haber sido tan terriblemente desagradable. Creo que en algún momento fui tierna y adorable, hasta positiva. ¿Quien creería eso? Nadie, pero es verdad. ¿Cómo hacía para pensar que todo iba a estar bien de alguna manera?¡Ah, si! Era porque tenía fe ciega en esas cosas que uno cree cuando es más chico y a todo eso me encomendaba: magia, hadas, brujas, buena estrella...Dios. Al parecer no me resultaban mucho las peticiones porque por alguna razón ya no creo ni en la mitad de esas cosas.
     Pensándolo bien, no ha sido nada favorable el cambio. Me he convertido en alguien que nunca quise ser y lo peor es que no me interesa cambiar. Soy como una roca, sin sentimientos. Nada me conmueve, nada me llena, nada me motiva, nada...nada. ¿¡Este viejo creerá que ando de paseo!? ¡El semáforo ha cambiado como tres veces y aún no avanza! ¡Qué calor! Para lo único que me gustaría que el calor fuera más potente sería para que se le reventara o derritiera el teléfono a ese wachiturro que me tiene harta con sus reggaetones asquerosos.
     ¿En que momento habré empezado a desaparecer? Es increíble sentir que ya no queda ni una pizca de tu esencia. Soy otra muy diferente. ¿Alguien lo habrá notado? ¿Existirá alguien que eche de menos a mi antigua yo? Seguramente, si era bien pava. Siempre tan comprometida, tan entregada al momento de ayudar a los demás y ahora...¡jódanse! ¡Al diablo todo! ¿Soy mala persona? Si, soy mala persona. Pero no ha sido por nada...Han pasado tantas cosas, ha pasado tanto tiempo...ha pasado tanta vida...No, en realidad no creo que alguien se haya dado cuenta, lo único que no cambia es mi habilidad para ser invisible. Creo que eso no cambiará nunca. ¡Mierda! ¿Dónde aprendió a manejar este imbécil? Casi choca por dárselas de "Meteoro".
     ¿¡Y quiere seguir subiendo gente!? ¿¡Qué le pasa!? Me siento como en una lata de sardinas. ¡Uh! Que mino el tipo que se subió de los últimos, así quiero uno para mi...Es de todo mi gusto. ¡No, no, no, no y no! Retiro lo dicho. La última vez que dije eso me enamoré y terminé con el corazón roto así que ¡No!..Mmmmm ¡lo que me faltaba! Persona no grata invadiendo pensamientos enfermos. ¿Qué será de él? Aún lo extraño. Me duró bien poco la felicidad que alcancé a su lado, que final más triste para nuestra historia. A veces me dan ganas de verlo de nuevo...Aunque sea de lejos. ¡Patética! Lo sé, lo sé. ¡Basta! Se fue y no volverá. ¡Supéralo!. Fin. 
     Me duele la cabeza ¿tendré algo en la casa? Últimamente me duele bastante seguido. Parece que no. ¡Uf! ¡Al fin voy llegando! ¿Cómo me voy a bajar de esta huevada? ¡La gente no se mueve ni un centímetro por más que pido permiso! Cada día entiendo más porque me carga la gente. ¡Más encima el timbre no sirve y tengo que gritar! Es una odisea bajar de esta cuestión, tranquilamente podría hacer un magíster en acrobacia arriba de la micro.
     ¡Qué calor más insoportable hace hoy! ¡Detesto el calor! ¡Odio el sol, los colores, la luz y la gente! ¡Quiero que sea invierno todo el año! ¡Si, soy amargada, pesada, desagradable! ¿Y qué? Crecí y conocí la realidad. Cambié porque tuve que cambiar. Soy lo que soy, ni la sombra de lo que fui. ¡Que bueno que terminó este viaje!