miércoles, abril 29, 2015

La historia sin fin

La historia sin fin, siempre lo mismo y se repite una y otra vez. No importa la edad, no importa el momento, no importa nada, estoy entrampada en esta situación; estoy destinada a tropezar más de mil veces con la misma piedra y parece que es inevitable.  
Mis días oscuros carecen de noches porque se me hace imposible cerrar los ojos y cuando lo logro un sinfín de pesadillas se presentan en mis casi nulas horas de sueño, despierto ahogada o llorando a mares con un dolor punzante que apenas me deja respirar. Estoy viviendo en una pesadilla.
No puedo. No puedo con nada, cada día es más difícil. Nadie entiende, yo no entiendo. Mi cabeza tiene voz propia y no se calla nunca, cada cosa que dice es peor que la otra y entonces todo se ha vuelto una tortura interminable. Estoy agotada, siento una soledad absoluta, un vacío imposible de llenar y la sensación de que estoy demás, esa sensación constante que me ha acompañado desde que tengo memoria.
Y yo que creía que contigo iba a ser distinto, que tú eras diferente, caí de nuevo. Me equivoqué al pensar que ya no estaba sola, esa siempre será mi realidad. Por más que quiera creer que no será así en el fondo estoy convencida de que para mí no hay otra manera de vivir. No encajo, jamás he encajado ni voy a encajar en ninguna parte.
Nunca han sabido quererme y nunca he sabido querer, es difícil. Se me hace tan difícil, tanto, que cuando lo consigo suele ser demasiado tarde y ahí viene mi gran problema: comienzo a ahogarme con todos los sentimientos que no pude liberar a tiempo. No es el dolor de mi soledad, ella siempre ha estado conmigo; es el dolor de la ausencia, específicamente de tu ausencia, y del amor que se me quedó atorado en el pecho lo que me pesa.
Yo soy el problema, lo sé, cómo no saberlo si todo el tiempo me lo dicen. Yo, por ser así tan desastrosa, tan aparentemente insensible y por andar a caballazos por la vida, siempre sin filtro, por ser distante cuando realmente no quiero serlo, por levantar barreras para que esto no pase y que finalmente de nada sirven porque pasa igual. Termino así, queriendo más de lo debido y teniendo que soltar una vez más, una más de tantas. La pregunta es ¿cuándo alguien va a querer quedarse conmigo a pesar de todo? ¿Cuándo alguien no va a querer soltarme? Parece que es demasiado difícil permanecer cerca de mí sin querer correr lejos. Probablemente sea yo la que deba correr lejos de una buena vez.