domingo, enero 04, 2009

Reflexión

He pensado tantas veces en la muerte que ya perdí la cuenta. He pensado en la estupidez que significa pasar por tanto dolor para que el final de las pruebas sea solo la muerte y me han dado unas ganas enormes de adelantar ese final sin tener que pasar por tanta mierda. No me pregunten por qué no lo he hecho, ni yo misma sé, no sé si es cobardía o todo lo contrario, el punto es que sigo aquí. Talvez unas de las cosas que me aferran a esta vida es lo que le causaría a mi entorno, el trauma, el impacto y hasta el sufrimiento a unos cuantos, aunque realmente nada de eso me importa ahora. Supongo que no, simplemente no soy capaz.

Siempre he sabido que hay otros desdichados como yo vagando por el mundo y bastante cerca, algunos lo gritan, otros lo ocultamos, pero yo ya ni para eso me esfuerzo, hasta eso me da lo mismo. Lo espantoso es que cada vez más ésta plaga de tristeza se ha ido propagando a lo largo de la gente que amo y que es lo único que me queda, y ¿Qué puedo hacer yo al respecto? ¿Tratar de inventar una fórmula que cumpla deseos? ¿Un medicamento de la felicidad? ¿Alegrar a los demás con mi música? ¿Qué música? Ya nada suena en mi, nada canta…mi voz se desafinó hace rato. Así mismo un millón de veces he llegado a la misma respuesta, que no hay nada que pueda hacer, ni si quiera dar unas palabras de aliento, porque hasta ese talento de actriz huyó de mí. Quedé vacía. En realidad estoy llena, pero de rabia. Quizás he contagiado a más de alguien con esta amargura que no me dejan curar ni olvidar, es fácil recordarle a alguien lo amargado que es. Como es amargado no tiene sentimientos…pero uno se acostumbra, se vuelve hasta un apodo de cariño.

¿Cuándo nadie te entiende no es mejor morir? ¿Por qué ese alivio no llega sólo? ¿Por qué forzarlo? Supongo que hay muchos misterios y estas incógnitas son parte de esos misterios. Ya no me trago ese discurso de que todos vinimos al mundo para algo, que todos somos un aporte, no. Han pasado siglos y en vez de mejorar todo va de mal en peor, destruimos todo a nuestro paso incluso a nosotros mismos. Pero no todos somos capaces de eso ¿y con qué nos quedamos? Prefiero pensar que soy un robot programado para servir a no se quién por 80 años y que no tengo el botón de autodestrucción para hacerme volar en mil pedazos de una buena vez. Así que deberé seguir existiendo hasta cumplir mi ciclo y poder ser desechada, si es posible, sin preguntarme nada y hacer lo que cualquier persona “normal”: Casarme, tener hijos, endeudarme para criarlos y para pagar una casa, ganar un sueldo miserable y cuando sea vieja una jubilación miserable, tener nietos y usar pañales para adultos. ¡Qué felicidad! El problema es que nunca he sido normal y nunca nadie me ha considerado normal, a estas alturas de mi vida para llegar a serlo tendría que tomar una terapia intensiva de por vida, y aún así no resultaría. Vuelvo al punto de partida, no se que hacer. Creo que vengo con una falla de fábrica para la que es demasiado difícil encontrar el repuesto.

Estoy viendo las cosas como tú o al menos de forma parecida. Soy la cobarde, sobre todo por lo que voy a decir ahora, si tú te vas yo te sigo. Disculpa la brusquedad pero es lo que pienso. Soy una loca.

Sé que soy bastante ilusa pero espero que se nos venga algo mejor, mucho mejor, algo que hará que las sonrisas se dibujen nuevamente en nuestras caras. No me retes, sólo piensa en lo que te dije antes, en esto no tanto porque es bastante insano…muy mío supongo.

Si bien no soy de mucha ayuda, no me canso de decirte que estoy aquí y no pienso abandonarte. De alguna forma todo mejorará, aunque sea por el rato, aunque sea una anestesia, aunque sea una mentira. Todo estará bien, confía en la bruja.

viernes, enero 02, 2009

Valor

Pocas veces me encontrado a mi misma agradeciendo por las cosas buenas que hay en mi vida, será porque según yo son más las malas y sigo insistiendo en que nada tiene ningún sentido. Bueno, y como alguien me dijo por ahí, somos un amplio circulo los que pensamos igual, lo que pasa es que muchos lo esconden. Lo importante es que aunque cueste encontrar esas cosas buenas las hay, lo terrible es que uno empieza a valorarlas demasiado tarde.
Nunca me considerado una persona con suerte, si juego Kino quedo debiendo puntos, pero aunque en cosas de azar soy un asco lo cierto es que he tenido fortuna en encontrar otras cosas, como por ejemplo, mis amigas. Pero hoy quiero hablarle a una en especial, tú sabes.
Amiga sé que no soy la más indicada para decirte nada, soy incluso una mala influencia en ese sentido, pero quiero que sepas que aunque siempre este nublado en mi vida hay un rayito de luz que se asoma siempre con una palabra de aliento, de apoyo, de cariño y comprensión. Mi vida sería tan distinta sin ti, imagínate, una loca, suelta, sin nadie que entendiera las cosas que dice, sin nadie que la dejara ser, sin nadie que la quisiera así tal y como es… una desequilibrada. Ni te imaginas cuánto agradezco haberte encontrado, ni cuánto se alivianan las cosas cuando hablo contigo y todo se me hace más claro, hasta me siento feliz. Mira todo lo bueno que causas en esta bruja amargada.
Odio con toda mi alma que estés pasando por una situación tan terrible, es algo que jamás se lo desearía a nadie…sabes que te entiendo mejor de lo que crees. Y me gustaría poder hacer algo más por ti siempre y cuando quieras que ande cerca, como en los viejos tiempos cuando parecíamos siamesas. Las fuerzas se agotan, lo sé, pero me has ayudado a sostenerme tantas veces y no sólo a mi, yo sé que saldrás de este hoyo, no eres de las que se rinden tan fácil. Esa cabecita dura no se quedará en silencio, tiene mucho que decir, mucho por hacer y mucho que aportar a este mundo. Además cuando me metan presa por parricidio ¿quien me va a defender? Lo siento, pero sin ti sería un caos. La verdad es que me encantaría estar contigo ahora, riéndonos de nuestras ocurrencias, las que nadie más entiende, o simplemente haciendo nada, pero estar ahí para ti.
Mi amiga, mi porfiadita regalona, mi hermana, significas tanto para mi que ni si quiera se como decirlo, si me leyeras la mente te desesperarías porque son tantas cosas. Pero al menos algo debes sospechar, ya sabes que debajo de las mil capas de cemento que hay antes de llegar a mi corazón hay algo que late y tiene (hasta cierto punto) la capacidad de querer, y a ti te adoro.
Vamos a salir de esta de alguna forma, y yo quiero estar ahí, quiero saberlo todo porque soy bastante sapa, aunque sea desde lejos te apoyo y lo único que quiero es que este mal rato pase de una vez y vuelvas a ser feliz. Ni si quiera pienses en mi, ahora debes ser egoísta, yo sufriría más pensando en que me ocultas cosas y que me he perdido cambios importantes en tu vida. De hecho yo sabía que algo andaba mal hace tiempo y sabía que no me querías contar, pero no presioné porque era tú opción aunque no entendía por que. Oye… ¡NO SOY TAN BLANDENGUE! Me he defendido bastante bien ¿o no? CONFÍA EN MÍ. En estos momentos lo más importante para mi eres tú, que estés bien.
Te quiero amiga, ten eso claro siempre, y te quiero en las buenas y en las malas, aunque suene a matrimonio la cuestión, pero es verdad.
Un abrazo enorme y toda mi fuerza… ¡ESTOY CONTIGO! Prácticamente te respiro en la nuca y no es chiste, ya sabes que si no me cuentas los sueños te delatarán así que estás frita. Vamos a seguir no más, te quiero en mi vida hasta que seamos unas pasas.