martes, mayo 04, 2010

MEMORIAS

Capítulo VII

Karim habló con Amir quien no tuvo inconveniente de que mi nuevo amigo me acompañara. Ellos ya se conocían de antes, por eso mi hermano confiaba en él y estuvo contento de que nos hubiéramos conocido.

El camino hacia mi casa fue bastante grato, me olvidé de cualquier mal rato y disfruté de la compañía de Karim. Era un buen hombre, siempre lo fue y a veces me arrepiento de no haberme dado cuenta antes. Talvez con él hubiera sido feliz.

Finalmente llegamos, las luces de la casa estaban encendidas por lo que mi madre debía estar despierta. Era realmente increíble.

-Gracias por acompañarme, Karim. Realmente ha sido un placer conocerlo.

-Para mi ha sido mucho más que eso, Rosario.- Tomó una de mis manos y nuevamente la besó.- Realmente me gustaría verla de nuevo, si es que no le molesta.-Dijo inseguro.

De inmediato me di cuenta que las intenciones de Karim iban mucho más allá que una simple amistad que era lo que yo buscaba y podía ofrecerle en ese momento. Aún así, y sabiendo que probablemente yo no le correspondería, acepté.

-Estoy de acuerdo en que nos veamos de nuevo. Ahora debo entrar, mi madre está esperando.

Me despedí de Karim y entré a la casa dispuesta para el interrogatorio, mi madre se extrañó de verme llegar sola pero logré tranquilizarla al explicarle todo. Una sonrisa se dibujó en sus labios cuando le comenté que había visto a Amir con una joven y sonrió aún más cuando le conté que había conocido a Karim.

-¡Ay, hija! Creo que ha sido una noche provechosa. Tu hermano me habló varias veces de Karim Abud, es un buen hombre. Si tenemos suerte, debe andar en busca de una mujer para casarse.

-Eso es lo más probable, madre. El punto es que yo no estoy buscando eso.-Contesté mientras me desarmaba el hermoso peinado que me había hecho mi mamá.

-¿Qué cosas dices, niña? ¿Qué te está pasando últimamente? ¿Qué mujer no quiere casarse?

-Yo, por ejemplo. Mamá, no todas las mujeres nacen para casarse. Además, a mi me gustaría hacer otras cosas antes de esclavizarme a una casa.-Dije tratando de actuar con naturalidad.

A medida que hablaba mi santa madre se ponía cada vez más pálida, viendo hacia atrás no entiendo como esa noche no la maté. Aún recuerdo la conversación de aquella noche, mi mamá estaba desconcertada y creía que yo me había vuelto loca.

-Rosario, te he educado para que seas una mujer de familia. No toleraré que seas una de esas locas liberales, esas que quieren irse de la casa estando solteras.-Dijo con severidad.

-Mamá, piénselo. Sería una buena opción que yo me fuera a estudiar alguna carrera. A mi me gustaría estudiar idiomas. Podría irme a Santiago y…-Fui interrumpida, la furia de mi madre estalló.

-¡Ni se te ocurra! ¡Eso jamás! Tu lugar está aquí. ¡Sólo saldrás de esta casa para formar tu propia familia, antes no!

Mi madre abandonó el dormitorio dando un portazo y dejando mis ilusiones moribundas. Me senté en la cama y pensé que soñar era hermoso pero que no servía para nada.

Al día siguiente me levanté sin ganas, me di un baño y bajé a desayunar. Iba con miedo, mi mamá usaría la conversación de la noche anterior para torturarme por varios días. Seguramente lo comentaría con Amir para que hablara conmigo y me convenciera de que lo que yo quería era una soberana estupidez.

Cuando llegué al comedor encontré a mi madre muy contenta, me saludó con un tierno beso y me invitó a sentar, luego me sirvió mi acostumbrado café con leche y se sentó a mi lado.

-Hija, ha llegado un regalo para ti muy temprano.-Dijo con complicidad.

-¿Un regalo? Que yo sepa no es ni mi cumpleaños ni mi santo. ¿Amir me trajo otra muñeca de porcelana?

-No, no es un regalo de Amir ni de ninguno de tus hermanos. Ven, acompáñame al living. No puedo esperar a que lo veas.

Llegamos hasta el living y en la mesa de centro había un ramo de tulipanes amarillos, atados con una cinta de raso azul y con una tarjeta colgando de ésta. Me acerqué al ramo un poco confundida, no era la primera vez que me llegaban flores pero las otras veces a mi mamá no la ponían de tan buen humor. Nadie era lo suficientemente bueno para su hija, hasta ese momento al menos.

Tomé el ramo que era realmente precioso y leí la nota que traía, aún tengo esa tarjeta entre mis tesoros de juventud, sólo decía “Te Quiero”. Busqué rápidamente la firma pero no encontré nada, el regalo era anónimo.

Mi madre se acercó para tratar de leer lo que decía la tarjeta y yo la oculté, me daba vergüenza que la leyera. Usando la manipulación y en tono de reproche me dijo:

-¿No confías en tu madre, niña? Al meno dime ¿es de Karim?

-No es que no confíe en usted, mamá. Estas son cosas mías, no me gusta que nadie más sepa. Y no, no es de Karim. No tiene firma.

-¿Un anónimo? ¡Talvez es una forma de conquista de Karim! –Dijo mi madre de manera entusiasta.

En ese momento sonó el timbre, mi mamá fue a abrir la puerta mientras yo me preguntaba si sería Karim el autor de ese ramo tan hermoso. A los pocos minutos después apareció mi madre cargando un enorme ramo de rosas blancas y rosadas del que asomaba una tarjeta. Era un arreglo realmente precioso.

Mi madre me miró confundida pero sonriente, realmente disfrutaba de esas cosas, sobre todo porque era un buen comienzo para enrielarme en el asunto de formar una familia.

-Creo que has conquistado a varios en ese baile. Pero el que me interesa es Karim, así que uno de estos dos ramos tiene que ser de él.

-¡Mamá, no se entusiasme! Además, otras veces me han llegado regalos de otros pretendientes y a usted le molesta. ¿Por qué ahora es diferente?

-Es diferente porque Karim es un hombre serio, trabajador y lo mejor es que es de los nuestros. ¿Qué mejor partido quieres?

-¡Conozco a Karim desde anoche! No pudo surgir ningún sentimiento en tan poco tiempo. ¡Deje a ese pobre hombre en paz! ¡Quiere cazarlo a toda costa!-Dije recalcando la z.

-Soy una madre que quiere lo mejor para su hija ¿es tan terrible eso, niña? Deje de llevarme la contra y lea la tarjeta de éste ramo. ¡Uno de los dos es de Karim, hija! Se lo aseguro.

Tomé la tarjeta entre mis manos deseando con fervor que no fuera de Karim, sabía que eso sería el trampolín a las fantasías de mi madre sobre un matrimonio que, lamentablemente para ella, no se haría nunca.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Karim es el amor de mi vida si no lo quere ella lo quero io ¬¬!! jajajaja puchaaaaa rosario avispate po como te fijai en el otro idiota mujeriego ¬¬ jajajajaja muy weno muy weno!!

Morgana dijo...

Jajajajaja!!! Déjate de pelear con Rosario!!!