jueves, mayo 20, 2010

MEMORIAS


Capítulo XVI

Me quedé en silencio unos minutos para poder explicarle a Blanca lo que me pasaba con Octavio, no quería impactarla aún más y que terminara con un soponcio. Traté de buscar las palabras adecuadas y usando un tono de voz despreocupado hablé:

-Blanca, yo no sé lo que me pasa con este hombre. Es algo tan extraño, nunca me había pasado antes. Debería repudiarlo por ser cómo es pero en el fondo…

-¿En el fondo qué? ¡Responde, Rosario! ¡Ay, no!

-Creo que me enamoré de él ¡Pero fue algo que no pude impedir! Por más que traté de sacármelo de la cabeza fue imposible. Cada vez que nos hemos visto ha quedado en mi mente y me ha marcado, desde la primera vez que lo vi en la joyería me gustó.

-¡Muy mal! Esto está muy mal. Rosario ¡se va a casar! ¡No tiene derecho de declararte su amor estando a un paso del matrimonio!-Dijo Blanca alterada.

-¿Crees que no se lo dije? Además, por lo mismo acepté ser novia de Karim. Bueno por eso y porque descubrí que él era mi admirador secreto.

Curiosamente Blanca se puso muy nerviosa, frotaba sus manos incesantemente y eso me llamó la atención pero pensé que era por todo lo que le había contado. Mi amiga dio un sorbo a su tasa de té y luego dijo:

-¿Él era tu admirador secreto? ¡Uf! ¿ Quién iba a decirlo? ¿Ya ves? Rosario, debes olvidarte de Octavio, él ya no es una posibilidad para ti. Concéntrate en Karim, él si te quiere para bien. Con todo lo que me has contado de Octavio Martínez afirmo con mayor razón y al igual que tú que no es un hombre digno de ti ni de ninguna mujer.

Sabía que Blanca tenía razón, yo misma le había dicho varias veces que ese hombre no valía la pena y que no debía hacerse ilusiones con él pero ¿es posible pelear contra lo que uno siente?

Cambiamos de tema de manera radical ya que ninguna de las dos quería seguir dándole vueltas al asunto, sin embargo me causaba extrañeza que de la noche a la mañana Blanca se hubiera decepcionado tanto de Octavio solamente por lo que pasó entre nosotros, a fin de cuentas no había pasado más allá de palabras.

Pasaron unos días y todo el pueblo se enteró de mi noviazgo con Karim, cada vez que salíamos a la calle recibíamos las felicitaciones de gente que al menos yo no conocía pero que estaban dentro del círculo de Karim y Amir. Un día decidimos ir a la heladería a la que Karim me había llevado durante las primeras salidas, hace mucho tiempo no pasábamos por ahí y con el calor infernal que hacía pareció un excelente panorama. Llegamos y fuimos directo a la mesa que usábamos siempre pero al ir acercándonos notamos que estaba ocupada nada más ni nada menos que por Octavio y su novia. Empecé a decirle a Karim que buscáramos una mesa al otro extremo del local pero él seguía insistiendo en que nos quedáramos por ese sector porque era el más fresco, lamentablemente la indecisión de mi novio sólo logró llamar la atención de Octavio que nos hizo señas para que nos acercáramos.

-Rosario, mire es Octavio.-Dijo Karim entusiasmado mientras iba a saludarlo.

-No creo que sea buena idea ir a interrumpirlo, él está con su novia.

-¡Sólo lo saludaré, lo prometo! Luego buscaremos otra mesa.

No hubo caso, no me quedó más alternativa que seguirlo porque no quería que él supiera que en algún momento hubo roces entre Octavio y yo, o peor, que notara que había un sentimiento de por medio. Al llegar a la mesa nos saludamos como grandes amigos, incluso Esperanza que no nos conocía para nada fue muy amable, tanto que decidió invitarnos a compartir con ellos:

-¿Por qué no se sientan con nosotros? Supe que están de novios y me alegro mucho. Es como si el amor anduviera en el aire ¿verdad Octavio?

-Si linda, así parece. Esperanza tiene razón, siéntense con nosotros para que conversemos un rato.-Dijo Octavio más por compromiso que por gusto.

-No queremos molestar, podemos buscar otra mesa. No se preocupen por nosotros.-Hablé tratando de no parecer descortés pero intentando huir desesperadamente esa situación.

Insistieron tanto que finalmente tuve que ceder ya que Karim también quería quedarse, no sé por qué le simpatizaba tanto Octavio. Por mi parte lo único que quería era que la hora pasara rápido, me sentía tan descarada estando ahí con Esperanza y pensaba que Octavio era tan cínico que me desesperaba. Ese fue uno de los momentos en que lo odié, me preguntaba cómo podía fingir tan bien, cómo podía mentirle en la cara a su novia y cómo esa mujer no se daba cuenta de que él no la quería. De una cosa si pude estar segura: ella lo amaba con locura.

A pesar de todo la junta en la heladería no estuvo tan mal, el ambiente no estuvo tenso y pareció como si hubiéramos sido cuatro amigos de siempre compartiendo un rato, incluso Karim y Esperanza se pusieron de acuerdo para que saliéramos a baliar cualquier día. No puse mucha atención a esos planes porque haría cualquier cosa por no toparme con Octavio y menos jugar a ser su amiga, eso obviamente era absurdo.

Pasó un mes y mi relación con Karim iba viento en popa, al menos para él y para el resto porque yo seguía viéndolo como un amigo, había llegado a quererlo pero no lo amaba por lo que, para desgracia de todos, no tenía intenciones de que hubiera matrimonio. A Octavio no lo veía desde ese día en la heladería, me preguntaba que sería de él porque ni si quiera había pasado por la joyería pero al final me obligaba a pensar en otra cosa ya que el “señor Martínez” no tenía por que importarme.

Un sábado por la tarde Blanca me fue a buscar a la casa para que saliéramos a dar una vuelta a la plaza, casi todo mi tiempo libre lo consumía Karim y mi amiga ya se estaba sintiendo un poco abandonada así que encantada acepté la invitación. Cuando estuvimos a la sombra de un árbol comenzamos a ponernos al día de los últimos acontecimientos del pueblo, mi atención estaba completamente puesta en Blanca hasta que vi pasar a Octavio. Me quedé muda, no se si era idea mía o realmente estaba más atractivo, sólo recuerdo que me olvidé del mundo únicamente con verlo y Blanca lo notó.

-Rosario ¿realmente estas enamorada de ese hombre?

-Yo…Esto es algo que…Nunca sentí algo parecido.-Contesté nerviosa.

-Entonces ¿lo amas? Respóndame sin evasivas, Rosario. ¿Si o no?

-Si, Blanca. Estoy completamente segura de que amo a Octavio.-Dije segura y a la vez aliviada de reconocerlo.

La cara de mi amiga se puso rígida y su expresión se tornó seria, las palabras que dijo después no mejoraron la situación, al contrario, hicieron eco en mi cabeza y me llenaron de miedo:

-Amiga, hay algo que debes saber con respecto a ese hombre.

No hay comentarios.: