miércoles, marzo 28, 2007

Una historia sin resolver

Capítulo VII

Hubo un largo silencio tras ese anuncio. Una angustia me invadió por completo, no podía creer lo que estaba escuchando, esa frase pasaba por mis oídos por centésima vez. Miré hacia arriba para contener las lágrimas y pregunté:

-¿Cuándo nos vamos?

-A más tardar en dos semanas. Tenemos que llegar a buscarles colegios antes de que se termine el año.-Dijo mi mamá mirándome como si captara que la noticia no me gustaba nada.

-Pero si falta para terminar el año ¿cómo nos vamos a ir tan luego?-Dije tratando de que ese plazo para irnos se hiciera mas largo.

-Ya hablé con la directora y dijo que con esas notas les podían cerrar el año. Sé que es difícil pasar por esto otra vez pero…-Mi mamá fue interrumpida por mi papá.

-Pero son cosas que hay que hacer, es por su bien y aunque no les guste tendrán que hacerlo igual.

Siempre me ha molestado el autoritarismo de mi padre, pero en ese tiempo no hacía nada por contradecirlo y esa vez no fue la excepción. Solamente sabía que aunque alegara y dijera cualquier cosa nada cambiaría su decisión, aunque él me dijera que era por mi bien eso me causaba mas daño que bienestar.

-Sé que esto ya parece un chiste tanto cambio, pero yo trato de hacer lo posible para que estén bien. No lo hago con mala intención.-Dijo en un tono más suave.

Después de que terminaron de darme los detalles de nuestro nuevo traslado subí a acostarme y me tapé hasta arriba. No dejaba de pensar en que otra vez tendría que dejar a mis amigos, una casa a la que me había acostumbrado, toda una vida, y Bruno ¿Qué pasaría con él? Después me consolé con que sería más fácil olvidarlo estando lejos, que era preferible eso para que se me pasará de una vez el enamoramiento.

Al otro día me junté por la tarde en la plaza con Matilda, por ella me enteré que había visto a mi primo Tomás tomado de la mano con Carolina. En ese mismo momento venía mi primo a dejarle unas cosas a mi mamá, lo llamé y lo interrogué de inmediato:

-¡Así que con la Carolina! ¡No me habías contado nada!

-Se saben rápido las cosas por aquí.-Dijo mirando fijamente a Matilda.-Si primita, ando con Carolina. No te quise decir antes porque acaba de ser oficial, vengo de estar con ella. Cuando Matilda nos vio estábamos conversando sobre el tema.

-Disculpa Tomás, no era mi intención pero es que es emocionante que pololees con la Carolina, no me pude aguantar de contarle a Ofelia.-Se excusó Matilda.

-No si ya me di cuenta, no importa igual se iba a enterar. La vieja fea de la mamá, alias “ente”, lo iba a divulgar. La Carolina le cuenta todo.

Después de decir esto Tomas entró a la casa y yo me quedé sola otra vez con Matilda. Había dudado en contarle que me iba a ir de ahí porque me hacía mal acordarme, pero necesitaba desahogar mi dolor.

-Matilda, me voy de la ciudad en dos semanas.-Dije sin rodeos

-¿Qué dijiste?

-Eso, que en menos de dos semanas me voy a vivir a Coquimbo.

-Pero ¿por qué? ¿Y el colegio?-Preguntó Matilda asombrada.

-Nos vamos porque mi papá consiguió un trabajo allá. En cuanto al colegio, ya tienen todo arreglado, nos cerraran el año a mi hermana y a mí con las notas que tenemos. Al final, no queda nada para que se termine el período escolar.

Matilda no dijo nada, solo me abrazó por un largo rato. Como siempre parecía estar leyendo mis pensamientos, lo que mas necesitaba era alguien que me ayudara a superar ese momento para entonces tan traumático. Estuvimos calladas por largo rato, ninguna de las dos quería comentar esa terrible noticia, hasta que llegó Bruno.

-¡Hola! ¿Por qué tienen esas caras tan largas?

-Bruno, la Ofelia se va a Coquimbo.-Dijo Matilda mirando el piso.

-¿Cómo? ¿Te vas de vacaciones?

-¡No tonto!-Gritó Matilda

-No Bruno, me voy a vivir allá.-Le aclaré.

-¿¡Qué!? ¡No! ¡Tú no te puedes ir!-Dijo alterado.

Después me miró fijamente, me tomó por los hombros y me abrazó fuertemente.

No hay comentarios.: