viernes, mayo 04, 2007

Una historia sin resolver

Capítulo XXVII

Todos me miraban con una sonrisa de oreja a oreja, incluso Emilia la resaltaba, pero Bruno parecía confundido y molesto. Lucas seguía parado ahí arriba, esperando una respuesta, me sentí muy mal al verlo ahí protagonizando un gesto tan tierno para mi. Sonreí y con una seña lo hice bajar del escenario, Bruno parecía cada vez más enojado, sobre todo cuando Emilia se le acercaba cariñosamente a decirle cualquier cosa. Cuando Lucas llegó a la mesa me miró y me dijo:
-¿Y? ¿Obtendré un si?
Emilia tenía una mano de Bruno entre las suyas, me miraba de una forma maliciosa, esperando que alguien dijera algo. No se contuvo, se adelantó y con un fingido tono amistoso dijo:
-¡Ay Ofelia! No me digas que te harás de rogar. ¡En este mundo no sobran éste tipo de hombres! Lucas es extraordinario.
-¡Lo sé! “Miss Chile”, pero esto no es asunto tuyo.-Dije cortante.
-No, no lo es Emilia. Es asunto mío. ¡Ofelia dame una respuesta, por favor!-Suplicó Lucas.
Estaba aterrada de poder herirlo, pero tenía que ser honesta y dejar todo claro de una vez. Traté de no ser tan arisca, pero no me funcionó, finalmente le contesté:
-No quiero que confundas las cosas. Nosotros somos amigos y no me pidas nada más. Yo no estoy lista ni dispuesta para tener una relación.
Lucas parecía decepcionado, pero no se conformó con lo que le dije, decidió insistir un poco más y algo alterado dijo:
-¿¡Cómo sabrás cuando estés lista si no te das la oportunidad!?¡Déjate querer! No te estoy pidiendo que me ames, eso puede llegar con el tiempo. ¡Sólo te pido que lo intentemos! Sé que el amor vendrá, algo me dice que esto puede funcionar si tú quieres.
-El amor no es un acto de caridad ni un premio de consuelo. Podría decirte que si pero eso sería egoísta. Yo sé que aunque pasaran siglos te podría ver como algo más que un amigo. Estoy enamorada de otra persona. Lo siento, me encantaría que fueras tú, pero no.
Bruno abrió los ojos y su amargura desapareció, me miró esperando a que le dijera algo, Emilia parecía enfurecida. Pero de inmediato le borré esa sonrisa de triunfador a “ojitos claros”:
-Tampoco eres tu Brunito, así que no me mires así. Ya te dije que lo de la otra vez era mentira. Lucas, discúlpame. Me tengo que ir, pero espero de verdad que sigamos como hasta ahora. No soportaría perder tu amistad.
Me paré, recogí mis cosas, besé a Lucas en la mejilla y me fui.
Cuando llegué al departamento me recosté en mi cama con la luz apagada, Florencia no estaba, pero yo ya estaba pensando en cómo reaccionaría ella cuando le contara lo de la declaración. Lo más probable era que me gritara que había sido una estúpida por haber rechazado a Lucas, ella lo conocía porque él me visitaba de vez en cuando. Lo encontraba un excelente tipo, y realmente lo es.
Estaba ahí, mirando la luna a través de la ventana, pensando en que aunque Lucas me atraía no era suficiente para que estuviéramos juntos, lo que había hecho era lo correcto. No pude seguir reflexionando, sonó el timbre de una forma casi desesperada, muy asustada me levanté a abrir la puerta. Antes de recibir a la inoportuna visita se me pasó por la mente que podía ser Lucas, se me hizo un nudo en el estómago. Pero me llevé una gran sorpresa, cuando abrí me encontré con el entristecido rostro de Bruno que esperaba ser invitado a entrar. No hice preguntas y lo hice pasar, se sentó en uno de los sillones y me hizo un gesto para que me sentara junto a él. No tardó en hablar:
-Acabo de terminar con Emilia.
No sabía si saltar de felicidad o fingir que me daba mucha lástima, opté por la segunda. El orgullo es más pesado, por malo que fuera ese rencor aún no le perdonaba el falso beso a Bruno.
-Lo siento. No sé que se dice en estos casos de ruptura. Supongo que es lo mejor, cuando las cosas no funcionan no hay que forzarlas. Al final, forzadas resultan peor. Sé que te debes sentir mal, pero yo sé que si se quieren esto tendrá solución. Volverás pronto con ella.
-¡Me hubiera gustado escuchar otra cosa! ¿Cómo me dices algo así? ¡Tu sobre todo!-Dijo amargado
-¿Por qué sobre todo yo? ¡Yo no tengo nada que ver!-Contesté molesta.
-¡Claro que tienes que ver! Terminé con Emilia por ti. ¡No pude más de celos cuando Lucas se te declaró! ¡Y el sólo pensar en que tú le podías corresponder me hizo explotar! Eso fue suficiente para confirmar que lo que me pasaba no era normal. Obviamente Emilia lo notó y no se lo pude negar, así que corté con esa relación sin sentido. Ofelia, yo te quiero.
Parecía sincero, le creí cada palabra, pero preferí hacerle entender que no, porque sabía que en el fondo eso era lo que yo quería escuchar, pero no era la verdad, él no me quería.
-¿Qué es lo que quieres? ¡Yo no caigo como caíste tú! Ya sé que todo lo que me has dicho es falso. ¡Debería darte vergüenza jugar así con los sentimientos de alguien! Pensé que con todo lo del beso lo habías entendido.
-¡No es mentira! ¡Yo te quiero! Es verdad que cuando niños me gustabas, pero hoy es distinto. Este amor nació ahora, no es nada del pasado. Desde que choqué contigo la primera vez sentí algo, y se confirmó cuando nos encontramos en la universidad. ¡Sé que sientes lo mismo, por más que lo niegues!-Dijo convencido.
-¡Basta! ¡Acabas de estar presente cuando Lucas delante de todos dijo que me quería! ¡Es tu amigo! ¿Cómo le haces una cosa así? ¿No te has puesto a pensar que yo le puedo corresponder? ¡Si supiera que estás aquí se moriría!-Grité enojada.
-¡Tú dijiste que lo querías sólo como amigo porque amabas a otro! Ese otro soy yo ¡no lo niegues!-Contestó elevando la voz.
Odié su seguridad para decirme eso, pero fue como si algo me hubiera tapado la boca. Para mi desgracia, justo en ese momento las palabras decidieron no salir. Quería hablar, rebatir todo lo que él decía, pero se me adelantó:
-Ofelia, soy capaz de pedirle perdón a Lucas de rodillas. Pero ¡por favor no te cierres conmigo! Yo quiero estar contigo, quiero curar tu miedo, quiero que aprendas a querer y a dejarte querer. Te amo.

No hay comentarios.: