miércoles, junio 09, 2010

MEMORIAS

Capítulo XXII

A la mañana siguiente me levanté pensando en que ese era sin duda un día decisivo, tendría que resolver mi situación con Karim y a parte enfrentar lo que me pasaba con Octavio. Sentía mucho miedo porque sabía que lo que me esperaba no era fácil y uno cuando es joven lo único que espera es que las cosas cuesten y duelan lo menos posible, sin embargo resulta que pasa todo lo contrario y eso toma su tiempo aprenderlo.

Bajé a tomar desayuno y mi madre me esperaba ansiosa para saber como había estado la velada, estaba totalmente dispuesta a una conversación de amigas y eso me perturbaba. Me senté sin ganas porque realmente no quería hablar de Karim, me dolía hacerlo pero mi madre no se quedaría tranquila hasta que le contara cada detalle así que me armé de paciencia y esperé a que ella hablara.

-Buenos días hija ¿cómo amaneciste? ¿Cómo lo pasaste anoche? ¿Se reconciliaron? ¡Cuéntamelo todo!

-Lo pasé muy bien y no, no nos reconciliamos. Seguramente Karim vendrá en un rato a hablar conmigo.-Dije cortante.

-Pero Rosario ¿qué es eso tan serio que te tiene así? ¿Qué falta tan grave puede haber cometido ese joven? ¡Es un muchacho tan noble, tan decente! ¿O a caso te ha faltado el respeto?

Me quedé callada pensando en si era conveniente decirle a mi mamá lo que Karim había hecho, sabía que si le decía no le daría importancia al asunto pero decidí que lo mejor era que estuviera enterada de todo para que no se llevara ninguna sorpresa más adelante.

-Karim sería incapaz de faltarme el respeto, no como usted se lo imagina.

-¿Cómo? No entiendo. ¡Deja de dar vueltas y dime de una vez que te hizo, niña!

-Me mintió, mamá. Karim se hizo pasar por el hombre que me enviaba flores y nunca fue él, jugó con algo que era importante para mí.-Hablé con rabia.

-¿Por esa estupidez te enojaste con él? ¡Rosario, por favor! A mi hasta me parece tierno, si hizo eso fue porque no sabía que hacer para conquistarte. Además, ya te he dicho que ese hombre que te enviaba esos ramos de tulipanes es un cobarde por no dar la cara y alguien así no te conviene. Hija, no seas tonta y deja que…-Mi madre no pudo terminar pues la interrumpí con los gritos de mi respuesta.

-¡Ya me cansé de sus opiniones! ¡Estoy cansada de que se quiera meter en mi vida y quiera decidir por mí! ¡Ya me cansé de que siempre quiera interceder por Karim! ¡Aunque usted lo encuentre una estupidez para mi no es así! Karim me mintió y no lo puedo perdonar.

Mi mamá me miraba con asombro, nunca me había atrevido a levantarle la voz ni le había hablado de esa manera. Se paró de su silla, se acercó a mí y sin previo aviso me plantó una cachetada que me duele hasta el día de hoy y terminó la conversación diciendo:

-¡Niña insolente y mal agradecida! ¡Yo sólo quiero tu bien y tú me hablas así! ¿Crees que lo sabes todo cómo para no escuchar los consejos de los más viejos? Si es así estás muy equivocada. ¡No vuelvas a hablarme así porque cada atrevimiento será una cachetada que te ganes!

Se fue a la cocina dando pasos gigantes que demostraban su enojo y justo antes de que se me salieran lágrimas de rabia y frustración sonó el timbre, tuve que tragarme toda la pena. Fui a abrir ya que mi madre me lo ordenó con un grito de general, respiré profundo para que nada se notara en mi rostro y traté de parecer digna. Llegué a la puerta y al abrirla me encontré con la sonrisa amena de Karim, odiaba admitirlo pero él me hacía sentir tranquila por lo que no dudé ni un minuto en abrazarlo. Él me correspondió en seguida mientras me miraba con extrañeza y de inmediato preguntó que me pasaba:

-¡Y yo que venía preparado para lo peor! De haber sabido que este sería el recibimiento hubiera llegado más temprano. Por casualidad ¿pasó algo?

-No es nada, no te preocupes. Es una tontería y eso no es el tema ahora, sabes que necesito hablar contigo seriamente.-Dije safándome de su abrazo mientras recobraba la compostura.

Pasamos al living, mi mamá apareció de inmediato con una tasa de café y dulces árabes para Karim pero luego de saludarlo se fue a continuar sus labores. Él comenzó a tomar café y parecía muy tranquilo así que no quise esperar más y lo encaré:

-Me mentiste, me mentiste en la cara y quiero saber ¿por qué?

-¿De qué está hablando? Rosario yo la quiero ¿cómo podría mentirle? ¿Para qué? Bien sabe que soy un tipo honesto.

-¡Lo se todo, Karim! Hablé con Blanca y me confesó todo lo que hicieron, ya sé que usted no es mi admirador secreto. ¿Por qué lo hizo? ¡Confiaba en ti, Karim!

Había un contraste de colores entre los dos, mientras yo estaba roja de ira Karim estaba blanco de miedo y sorpresa, se puso tan nervioso que la tasa tiritaba entre sus manos y sus ojos se movían inquietos de un lado a otro como si buscaran una explicación en los muebles de la casa. Por fin las palabras salieron de su boca:

-Rosario, me avergüenza enormemente tener que reconocer que le he mentido, pero mucha más vergüenza me da haberme prestado para semejante mentira. Yo…No se que hacer, supongo que ni aunque le pida perdón de rodillas conseguiré que vuelva a confiar en mí.

-Yo pensé que era diferente a cualquier hombre pero me equivoqué porque con esto comprobé que son todos iguales de mentirosos.

-¡No diga eso! Usted sabe por qué lo hice, quería alejarla de un hombre que no le conviene. Yo la amo, lo único que quiero es que sea mi esposa y ser feliz a su lado. Blanca me convenció de que esa sería una buena forma de alejarla de un mal camino y de conquistarla de una buena vez.

-¡Se equivocaron! ¡No hicieron más que herirme porque las dos personas en las que más confiaba me fallaron! Esa no era la manera, lo único que consiguieron fue decepcionarme.-Dije sintiendo un gran dolor al recordar lo que había pasado.

-Dígame la verdad ¿está enamorada de ese hombre? ¿Sabe quién es él? Si es así me gustaría saberlo para tratar de alejarlo definitivamente de su vida.

Qué difícil se me hizo responder esas preguntas, sobre todo porque sabía que mis respuestas terminarían por romperle el corazón a Karim pero yo no iba a mentir. No podía hacerlo después de haber experimentado la sensación que dejaba una mentira, preferí ser honesta aunque la verdad nos lastimara a los dos pero omitiendo una pequeña parte:

-Si, estoy enamorada de él y sé quien es. Disculpe Karim pero el nombre de esa persona es algo que me reservaré porque no quiero darle más importancia al asunto.

Se produjo un silencio más o meno largo hasta que se diera la pregunta que tanto temía, Karim habló con desgano:

-¿Qué va a pasar con nosotros? ¿Dónde queda nuestro noviazgo después de esto? Rosario ¿en que lugar de tu vida quedaré?

-Karim, creo que lo mejor es que nuestra relación se termine.-Dije apenada.

A penas esa frase salió de mis labios una inmensa tristeza se adueñó de los ojos de Karim y yo me sentí la peor persona del mundo al verlo así, en ese momento descubrí que lo que más cuesta es perdonarse a uno mismo.

No hay comentarios.: