viernes, abril 30, 2010

MEMORIAS

Capitulo V

Al día siguiente a la hora del desayuno Amir parecía bastante apurado y al parecer mi madre conocía las razones porque sirvió todo bastante rápido. Cuando se sentó a la mesa mi hermano no tardó en hablar:

-Mamá, sé que Rosario está castigada pero quiero pedirle permiso para que asista a un baile que darán esta noche, si es que ella quiere. Me han invitado y la verdad es que me gustaría que me acompañara. Pienso que si talvez ella socializara más le iría mucho mejor como vendedora en la joyería.

Mi madre me miró dudosa, yo bajé la vista y me concentré en el té y las tostadas. Permanecí callada, un silencio bastante incómodo por lo demás, pero hacía tiempo que había dejado de insistir con lo de salir a bailes por lo que ir o no me daba exactamente igual.

-Realmente no creo que lleve bastante tiempo encerrada como para que haya aprendido la lección pero pienso que tiene razón, Amir. Esta niña necesita conocer más gente, además ya está en edad de tener novio y aquí encerrada no va a encontrar. No quiero que se le vaya el tren por mi culpa, por eso cedo a que la lleves. ¿Quieres ir a ese baile, hija?

-Si quieren que vaya iré, realmente me da igual.-Contesté con desinterés. La verdad es que mi mente andaba en otro lado.

Mi madre puso los ojos en blanco y balanceó la cabeza de un lado a otro, luego curiosa preguntó:

-¿Cuál es el motivo de ese baile?

-El compromiso de Octavio y Esperanza. Irá mucha gente importante, políticos y gente con mucha influencia en el medio. Debo estar ahí si quiero ser candidato por el partido.

La poca ilusión de ir al famoso baile se desvaneció mas rápido que decir “ya”. No me era nada agradable la idea de encontrarme nuevamente con Octavio, pero sobre todo, ser partícipe de una farsa, celebrar algo que era una completa mentira. Festejar que esa pobre niña se iba a casar con un mujeriego de lo peor y que le verían la cara de tonta, lo más probable, el resto de su vida.

El día pasó rápido, ni si quiera me di cuenta en que momento mi mamá planchó mi hermoso vestido de fiesta. Insistió con peinarme y maquillarme ella, no quería que su hija pareciera una cualquiera. Debía dejar muy bien el nombre de nuestra familia.
A las siete en punto Amir y yo estábamos llegando al Club Social, el centro del evento. Había un gran número de personas, prácticamente no conocía a nadie, salvo a las que habían sido compañeras mías en el colegio y que veía de vez en cuando en pequeñas reuniones de té.

La comida pasó de prisa, al parecer todos estaban ansiosos por la hora del baile, incluso, el padre de la novia tuvo que dar un discurso bastante corto ya que notó el entusiasmo de todos los que estaban ahí por empezar a bailar. Octavio estaba radiante, pasó un buen rato antes de que me diera cuenta de que lo estaba mirando y lo peor, de que lo encontraba atractivo. Cuando me percaté de este hecho se me aceleró el corazón, latía tan fuerte que pensé que me iba a desmayar en cualquier momento, mi hermano lo notó pero finalmente logré evadir la respuesta simulando una alta de presión. Amir bailó un rato conmigo, luego desapareció y se dedicó a hablar de negocios y política por lo que no me quedó más remedio que sentarme a ver como el resto de los invitados disfrutaban de la buena música. Pero pronto tuve compañía, un joven de mediana estatura, ojos verdes y largas pestañas se acercó a mí, se sentó a mi lado y sin muchos rodeos habló:

-Buenas noches, señorita.

-Buenas noches.-Contesté con sequedad.

-Soy Karim Abud, es un placer conocerla.-Dijo mientras tomaba una de mis manos y la besaba.

-Rosario Slaib. ¿Puedo ayudarlo en algo?

-Me preguntaba si me concedería un baile.-Preguntó temeroso.

Acepté. Nunca he podido descubrir por qué Karim me simpatizó de inmediato, no sabía nada de él pero algo me decía que no era como todos, que podía estar tranquila porque no sería capaz de dañarme. En mis tiempos de paranoia y repudio contra los hombres él fue el único que logró vencer el obstáculo que yo misma puse para todos los demás que se me quisieron acercar. Gracias a Dios no me equivoqué, siempre hizo honor a su nombre, generoso y noble. Así fue mi Karim.

1 comentario:

Unknown dijo...

Linnndooo Karimmm :)