Hace
tiempo me siento molesta con la situación que estamos viviendo los profesores y
me incluyo porque seamos de colegios particulares, subvencionados o municipales
las condiciones son las mismas para todos en los aspectos curriculares,
monetarios y de horarios por lo que he tratado de mantenerme al tanto de lo que
pasa a través de noticias y redes sociales porque en la televisión no dicen nada.
A raíz de eso hoy leí una noticia que me hizo reaccionar tal como si me
hubieran dado una cachetada de teleserie Venezolana, de manera escandalosa. Es
por lo menos insólito, indigno y vergonzoso que el ministro de educación
lamente enormemente que el paro se haya extendido una semana más sobre todo porque,
y cito textual: “Hay
padres que no tienen con quien dejar a los niños” Como esto es algo que quiero compartir omitiré
los improperios que se me salieron en ese minuto para mantenerme formal y
creíble pero de que los dije, los dije.
¡¿Cómo es posible que una
persona como ésta tenga un cargo así de importante?! Una persona que descaradamente
insiste en ese pensamiento absurdo que han sembrado en la gente y que solo
entorpece las vías hacia una educación mejor con idioteces como ésta. Gracias a
su perspectiva tan atinada solo avala la visión de que los colegios son
guarderías y los profesores somos niñeras a cargo de los hijos de la clase
obrera que debe trabajar y trabajar más horas para llenarle los bolsillos
pelotudos como él y para que algún día sus hijos puedan salir de ese círculo
gracias a una mejor educación. Yo me pregunto si este caballero se estará
candidateando para participar en el programa “El Bar del Bombo” o algo así
porque su comentario es un pésimo chiste.
Señor ministro ¿Por qué
mejor no hace un proyecto de ley que proponga impartir una carrera de
babysister que es lo que realmente quieren todos? Porque digamos las cosas como
son, algunos padres piensan que el colegio es para eso y que solo con mandar a
los niños ya cumplieron con “educarlos” y se olvidan de que el trabajo es compartido.
Sin embargo, los profesores se encuentran muchas veces siendo los padres de sus
alumnos y aunque la vocación es grande esa es una tarea que no nos corresponde
y acotaciones como la suya solo hace que los padres y apoderados a los que ya
le han dado suficiente poder como para trapear el piso con nosotros se sientan
con el derecho de exigirnos más y más cosas que van más allá de nuestra labor
pedagógica; además de culparnos sin asco cada vez que uno de sus hijos tiene
algún problema de cualquier índole.
¿Pero quién ve el resto? ¿Quién
se pone en el lugar de los docentes? Y aunque suene como tango repetido la cosa
es así, trabajamos 24 horas los siete días de la semana todo el año y nos pagan
una miseria. Entonces ahí saltan todos, porque como en este país todos tenemos
derecho a opinar sobre las otras profesiones vamos a donde un doctor a decirle
cómo operar, a donde un arquitecto a decir cómo hacer un edificio, a donde un
dentista a decirle que haga tratamiento conducto etc. entonces ¿por qué los
profesores tendrían que ser la excepción y salvarse de que les dijeran como
hacer su trabajo? Así llueven todo tipo de comentarios más malos que buenos y
como si fuera poco, cuando ya no tienen qué más decir aparece el tan repetido: “Pero
tienen 2 meses de vacaciones ¿de qué se quejan?”
Yo le voy a decir de qué nos
quejamos: de ese cumpleaños del hermano al que no pudimos ir por estar
planificando, de esa salida con las amigas que tuvimos que postergar por
corregir pruebas hasta las tantas de la madrugada, del paseo del fin de semana
con la familia que no pudo ser porque había que preparar clases, de las horas
de sueño que perdimos por preparar una guía para que todos, incluso al que más
le cuesta lograra entender de manera entretenida la materia, de la presentación
del hijo en un acto a la que no pudo asistir por estar preparando una actividad
del curso en el que tiene jefatura y podría seguir. Sí, es nuestro trabajo pero
todo eso lo hacemos en las horas extras que no nos paga nadie por lo tanto
todas esas vacaciones que dicen que tenemos para mí no son más que la
devolución de horas de mi vida personal que sacrifiqué durante el año por mi trabajo
y aún así me quedan debiendo.
La profesión docente está
tristemente desvalorizada, cualquiera se siente con el derecho de opinar,
sugerir y criticar pero nadie abre su mente a ver como es realmente la
situación y si los hay son los menos. La gente prefiere estar embobada con la
copa américa o con la dieta de los colados que tiene en los huesos a Adriana
Barrientos en vez de gritar a los cuatro vientos que la profesión que da vida a
todas las otras se cansó de tanto abuso y quiere que le devuelvan la dignidad
que le fue arrebatada.
No es cosa de plata, muchos
hemos trabajado gratis más de una vez; es cosa de respeto, se trata de que nos
den el lugar y la importancia que nos corresponde en la sociedad. ¿Hasta cuándo
usted nos va a seguir culpando de la excesiva cantidad de tarea con la que
llega su hijo? ¿Hasta cuándo nos va a tratar de flojos? ¿Hasta cuándo
gratuitamente nos va a decir que estamos ahí porque no nos alcanzó el puntaje
para otra cosa poniendo en duda nuestra vocación? ¿Hasta cuándo nos va a exigir
que hagamos su pega? ¿Hasta cuándo va a aguantar que le sigan metiendo el dedo
en la boca haciéndole creer que nosotros somos los malos de la película y no
estos gobiernos ineptos y corruptos?
¡Entérese de una buena vez que
no estamos de acuerdo con éste sistema! Encontramos que la jornada completa perdió
su norte totalmente, que es demasiado el tiempo que los niños pasan en el
colegio; sabemos y creemos firmemente que los niños tienen que jugar, vivir y
pasar tiempo con su familia, tenemos claro que un puntaje o una nota no refleja
conocimientos ni aptitudes y estamos de acuerdo con que la tarea para la casa
es un fastidio. Todo lo que acabo de mencionar son las consecuencias de un
sistema que agobia a profesores y alumnos, exigiendo pasar tantos contenidos
que no siempre se alcanzan a ver en las horas de clases, una cantidad de horas
por asignatura y todo lo demás. Entienda que el día en que profesores expertos
y que hayan hecho clases estén en el ministerio haciendo las reformas
educativas todas estas cosas van a terminar, pero mientras haya ingenieros
buscando que la gente se instruya para producir y generar plata y no para
educarse el sistema va a seguir igual.
Póngase la camiseta por los profes,
no somos el enemigo, su repudio debe ir en otra dirección. No todos podemos
irnos a paro pero se pueden hacer otras cosas como indagar sobre el tema,
compartir información, conversar de lo que está pasando para que todos se enteren
y quizás con eso lograr que cambie su visión de las cosas. Inculque a sus hijos
y alumnos respeto hacia sus profesores porque todo lo que usted le diga a favor
o en contra repercute en ellos y lo hacen saber. Por una educación mejor, por
un trato digno y justo, para terminar con los abusos apoye a los profesores y
verá que en un futuro toda nuestra sociedad lo va a agradecer.
Astrid Zalaquett
Profesora
de Música
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