sábado, junio 13, 2015

Dignidad Docente ¡Ahora!

Hace tiempo me siento molesta con la situación que estamos viviendo los profesores y me incluyo porque seamos de colegios particulares, subvencionados o municipales las condiciones son las mismas para todos en los aspectos curriculares, monetarios y de horarios por lo que he tratado de mantenerme al tanto de lo que pasa a través de noticias y redes sociales porque en la televisión no dicen nada. A raíz de eso hoy leí una noticia que me hizo reaccionar tal como si me hubieran dado una cachetada de teleserie Venezolana, de manera escandalosa. Es por lo menos insólito, indigno y vergonzoso que el ministro de educación lamente enormemente que el paro se haya extendido una semana más sobre todo porque, y cito textual: “Hay padres que no tienen con quien dejar a los niños”  Como esto es algo que quiero compartir omitiré los improperios que se me salieron en ese minuto para mantenerme formal y creíble pero de que los dije, los dije.
¡¿Cómo es posible que una persona como ésta tenga un cargo así de importante?! Una persona que descaradamente insiste en ese pensamiento absurdo que han sembrado en la gente y que solo entorpece las vías hacia una educación mejor con idioteces como ésta. Gracias a su perspectiva tan atinada solo avala la visión de que los colegios son guarderías y los profesores somos niñeras a cargo de los hijos de la clase obrera que debe trabajar y trabajar más horas para llenarle los bolsillos pelotudos como él y para que algún día sus hijos puedan salir de ese círculo gracias a una mejor educación. Yo me pregunto si este caballero se estará candidateando para participar en el programa “El Bar del Bombo” o algo así porque su comentario es un pésimo chiste.
Señor ministro ¿Por qué mejor no hace un proyecto de ley que proponga impartir una carrera de babysister que es lo que realmente quieren todos? Porque digamos las cosas como son, algunos padres piensan que el colegio es para eso y que solo con mandar a los niños ya cumplieron con “educarlos” y se olvidan de que el trabajo es compartido. Sin embargo, los profesores se encuentran muchas veces siendo los padres de sus alumnos y aunque la vocación es grande esa es una tarea que no nos corresponde y acotaciones como la suya solo hace que los padres y apoderados a los que ya le han dado suficiente poder como para trapear el piso con nosotros se sientan con el derecho de exigirnos más y más cosas que van más allá de nuestra labor pedagógica; además de culparnos sin asco cada vez que uno de sus hijos tiene algún problema de cualquier índole.
¿Pero quién ve el resto? ¿Quién se pone en el lugar de los docentes? Y aunque suene como tango repetido la cosa es así, trabajamos 24 horas los siete días de la semana todo el año y nos pagan una miseria. Entonces ahí saltan todos, porque como en este país todos tenemos derecho a opinar sobre las otras profesiones vamos a donde un doctor a decirle cómo operar, a donde un arquitecto a decir cómo hacer un edificio, a donde un dentista a decirle que haga tratamiento conducto etc. entonces ¿por qué los profesores tendrían que ser la excepción y salvarse de que les dijeran como hacer su trabajo? Así llueven todo tipo de comentarios más malos que buenos y como si fuera poco, cuando ya no tienen qué más decir aparece el tan repetido: “Pero tienen 2 meses de vacaciones ¿de qué se quejan?”
Yo le voy a decir de qué nos quejamos: de ese cumpleaños del hermano al que no pudimos ir por estar planificando, de esa salida con las amigas que tuvimos que postergar por corregir pruebas hasta las tantas de la madrugada, del paseo del fin de semana con la familia que no pudo ser porque había que preparar clases, de las horas de sueño que perdimos por preparar una guía para que todos, incluso al que más le cuesta lograra entender de manera entretenida la materia, de la presentación del hijo en un acto a la que no pudo asistir por estar preparando una actividad del curso en el que tiene jefatura y podría seguir. Sí, es nuestro trabajo pero todo eso lo hacemos en las horas extras que no nos paga nadie por lo tanto todas esas vacaciones que dicen que tenemos para mí no son más que la devolución de horas de mi vida personal que sacrifiqué durante el año por mi trabajo y aún así me quedan debiendo.
La profesión docente está tristemente desvalorizada, cualquiera se siente con el derecho de opinar, sugerir y criticar pero nadie abre su mente a ver como es realmente la situación y si los hay son los menos. La gente prefiere estar embobada con la copa américa o con la dieta de los colados que tiene en los huesos a Adriana Barrientos en vez de gritar a los cuatro vientos que la profesión que da vida a todas las otras se cansó de tanto abuso y quiere que le devuelvan la dignidad que le fue arrebatada.
No es cosa de plata, muchos hemos trabajado gratis más de una vez; es cosa de respeto, se trata de que nos den el lugar y la importancia que nos corresponde en la sociedad. ¿Hasta cuándo usted nos va a seguir culpando de la excesiva cantidad de tarea con la que llega su hijo? ¿Hasta cuándo nos va a tratar de flojos? ¿Hasta cuándo gratuitamente nos va a decir que estamos ahí porque no nos alcanzó el puntaje para otra cosa poniendo en duda nuestra vocación? ¿Hasta cuándo nos va a exigir que hagamos su pega? ¿Hasta cuándo va a aguantar que le sigan metiendo el dedo en la boca haciéndole creer que nosotros somos los malos de la película y no estos gobiernos ineptos y corruptos?
¡Entérese de una buena vez que no estamos de acuerdo con éste sistema! Encontramos que la jornada completa perdió su norte totalmente, que es demasiado el tiempo que los niños pasan en el colegio; sabemos y creemos firmemente que los niños tienen que jugar, vivir y pasar tiempo con su familia, tenemos claro que un puntaje o una nota no refleja conocimientos ni aptitudes y estamos de acuerdo con que la tarea para la casa es un fastidio. Todo lo que acabo de mencionar son las consecuencias de un sistema que agobia a profesores y alumnos, exigiendo pasar tantos contenidos que no siempre se alcanzan a ver en las horas de clases, una cantidad de horas por asignatura y todo lo demás. Entienda que el día en que profesores expertos y que hayan hecho clases estén en el ministerio haciendo las reformas educativas todas estas cosas van a terminar, pero mientras haya ingenieros buscando que la gente se instruya para producir y generar plata y no para educarse el sistema va a seguir igual.
Póngase la camiseta por los profes, no somos el enemigo, su repudio debe ir en otra dirección. No todos podemos irnos a paro pero se pueden hacer otras cosas como indagar sobre el tema, compartir información, conversar de lo que está pasando para que todos se enteren y quizás con eso lograr que cambie su visión de las cosas. Inculque a sus hijos y alumnos respeto hacia sus profesores porque todo lo que usted le diga a favor o en contra repercute en ellos y lo hacen saber. Por una educación mejor, por un trato digno y justo, para terminar con los abusos apoye a los profesores y verá que en un futuro toda nuestra sociedad lo va a agradecer.
Astrid Zalaquett
                                          Profesora de Música

miércoles, abril 29, 2015

La historia sin fin

La historia sin fin, siempre lo mismo y se repite una y otra vez. No importa la edad, no importa el momento, no importa nada, estoy entrampada en esta situación; estoy destinada a tropezar más de mil veces con la misma piedra y parece que es inevitable.  
Mis días oscuros carecen de noches porque se me hace imposible cerrar los ojos y cuando lo logro un sinfín de pesadillas se presentan en mis casi nulas horas de sueño, despierto ahogada o llorando a mares con un dolor punzante que apenas me deja respirar. Estoy viviendo en una pesadilla.
No puedo. No puedo con nada, cada día es más difícil. Nadie entiende, yo no entiendo. Mi cabeza tiene voz propia y no se calla nunca, cada cosa que dice es peor que la otra y entonces todo se ha vuelto una tortura interminable. Estoy agotada, siento una soledad absoluta, un vacío imposible de llenar y la sensación de que estoy demás, esa sensación constante que me ha acompañado desde que tengo memoria.
Y yo que creía que contigo iba a ser distinto, que tú eras diferente, caí de nuevo. Me equivoqué al pensar que ya no estaba sola, esa siempre será mi realidad. Por más que quiera creer que no será así en el fondo estoy convencida de que para mí no hay otra manera de vivir. No encajo, jamás he encajado ni voy a encajar en ninguna parte.
Nunca han sabido quererme y nunca he sabido querer, es difícil. Se me hace tan difícil, tanto, que cuando lo consigo suele ser demasiado tarde y ahí viene mi gran problema: comienzo a ahogarme con todos los sentimientos que no pude liberar a tiempo. No es el dolor de mi soledad, ella siempre ha estado conmigo; es el dolor de la ausencia, específicamente de tu ausencia, y del amor que se me quedó atorado en el pecho lo que me pesa.
Yo soy el problema, lo sé, cómo no saberlo si todo el tiempo me lo dicen. Yo, por ser así tan desastrosa, tan aparentemente insensible y por andar a caballazos por la vida, siempre sin filtro, por ser distante cuando realmente no quiero serlo, por levantar barreras para que esto no pase y que finalmente de nada sirven porque pasa igual. Termino así, queriendo más de lo debido y teniendo que soltar una vez más, una más de tantas. La pregunta es ¿cuándo alguien va a querer quedarse conmigo a pesar de todo? ¿Cuándo alguien no va a querer soltarme? Parece que es demasiado difícil permanecer cerca de mí sin querer correr lejos. Probablemente sea yo la que deba correr lejos de una buena vez.

martes, septiembre 23, 2014

Recuerdos

Cruzamos miradas y el mundo cambió para mí,
No hay día en que no piense en tus ojos,
No he dejado de anhelar tu sonrisa;
Nada es lo mismo sin ti.
Fuiste mío entre las sombras, en la oscuridad,
En la cuna de lo prohibido y lo imposible;
Pero a pesar de todo mi único amor
Y mi más grande verdad.
Un amor que no se cuenta, escondido
Y cuidadoso, cómplice y silencioso,
Apasionado…peligroso.
Te extraño cada día, tu boca sobre la mía,
Mi cara entre tus manos, tu perfume, tu voz,
Tu ternura infinita, tu absoluta compañía.
Hoy me desvanezco entre recuerdos,
Me deshago en tristeza, amargura y llanto
Y el dolor de tu ausencia pese al tiempo
Me castiga y atormenta de tanto en tanto.
Ya te he dado por perdido hace mucho
Y sin embargo apareces de repente.
Sin dar tregua rondas mi mente
Altanero y desafiante,
Indiferente y despiadado;
Implacable, insensible e indolente
Con la tonta que simplemente te ha amado.

lunes, septiembre 08, 2014

VIAJE

Me voy y me llevo mis demonios conmigo. La situación no da para más, estoy cansada. Mientras armo la maleta no dejo de pensar en todo lo que debo y quiero dejar atrás, prácticamente estoy huyendo de mi propia vida; aquí se quedan mis recuerdos, mis tormentos y dolores, las horas en el sillón absorbiendo la luz del sol que entraba por el ventanal. Toda la rutina que empezó a consumirme y a matarme se queda aquí o al menos eso espero.
He decido partir, dejarlo todo sin decir nada. Es lo mejor para todos y espero que sea lo mejor para mí, no quiero que intenten convencerme de lo contrario. Aún no tengo claro el destino, sólo sé que quiero irme lejos y no volver, empezar desde cero e intentar ser feliz de una buena vez. Creo que he cumplido un ciclo porque aquí ya no soy útil para nadie, sobro en todas partes y al parecer sólo me dedico a exhalar amargura. No hay nada ni nadie que me ate a este lugar y estoy segura que no haré falta ni me echarán de menos. Lo único que lamento es dejar mis plantas, han sido la única cosa a la que he dado vida.
Es tarde y aún no termino de ordenar. Miro a mi alrededor y es como si todas las personas que aparecen en las fotos que están colgadas en la pared me estuvieran mirando con desaprobación. Quizás estoy loca por tomar esta decisión de un momento a otro pero ¿para qué quedarme?...Está decidido ¡no me llevaré las fotos! Dejaré todo tal cual. Aunque esto es por mi bien siento una pena inmensa y no es el viaje lo que me pone  triste sino tener desarmar el pequeño hogar que construí con tanto esfuerzo y que irónicamente me empezó quedar grande.
El teléfono no deja de vibrar, siempre está en silencio por eso nunca alcanzo a contestar pero en este momento definitivamente no quiero hacerlo. Ahora que está apagado pienso que este aparato también es algo que debe quedarse aquí, adiós contactos del trabajo, amigos, conocidos y familia. La separación es definitiva, es lo mejor, sé que es lo mejor aunque mi maldita conciencia me quiera hacer dudar.
Estoy realmente cansada, ya está todo en las maletas para mañana temprano llegar y salir. En el trabajo seguramente se desatará un caos, quizás debí renunciar antes…Voy a extrañar este sillón, es tan cómodo. Fumar acomodada en él es un paraíso sobre todo teniendo ésta vista, toda la ciudad duerme menos yo. Extrañaré tanto este lugar que ha sido mi refugio, mi pequeño hogar que hoy me queda grande porque la soledad me asfixia…a pesar de todo es cálido.
Las despedidas siempre son tan tristes y eso que no me estoy despidiendo de nadie, sólo de cosas. No sé en qué momento llegué a tomar esta decisión pero sigo pensando que es la correcta. Tal vez debería dejar una nota…No, siempre es preferible que piensen que me abdujeron los OVNIS para que no insistan en buscarme. Es hora de dormir, realmente es mi última noche en esta vida.
Hace un par de horas amaneció, hay una niebla que se arrastra por las calles y hace frío. El taxi me espera en la entrada del edificio, esta vez no llamé a don Nicanor que es quien me traslada habitualmente, no hay que dejar huellas. Está todo dentro del auto, miro hacia arriba y veo mi ventana; hoy corrí las cortinas por última vez, siempre me gustó el ritual de levantarme y abrirlas para que entrara la luz. Dejé mis plantas afuera del departamento con un letrero que dice: “Se regalan”, no quería que se murieran como la dueña a fin de cuentas han sido los únicos seres vivos que me han soportado. No puedo evitar llorar un poco, pero muy poco…Siempre me ha costado esto de las lágrimas.
Estoy en el andén siete, hace frío y mi bus sale en unos pocos minutos. Compré el pasaje con la salida más próxima, me voy al sur a un pueblo perdido por ahí y realmente no sé de qué servirá si mi cabeza viene conmigo. Creo que al menos no estaré haciendo daño a quienes me rodean por culpa de mi visión excesivamente negativa de la vida. Me voy y me llevo mis demonios conmigo para que no molesten a nadie, me auto exilié de la vida de todos los que me rodeaban porque no era ningún aporte.
Me voy porque me aburrí de las críticas, la soledad, la angustia, la incomprensión, la intolerancia. Me voy y me llevo todo lo que al resto le molesta, en el fondo es eso: me voy para dejar de molestar y para que dejen de molestarme.

Estoy subiendo al bus, llegó la hora de partir sin mirar atrás.

miércoles, abril 16, 2014

¡VERGÜENZA!

En medio de esta dolorosa tragedia del incendio que afectó a nuestro querido puerto y en donde queda en evidencia el espíritu solidario de los chilenos (o la gran mayoría) todos queremos sumar ayuda, ser un aporte para levantar lo más pronto posible a esas familias que quedaron sin nada. Es por eso que me animé a ir al VTP  como voluntaria y no lo cuento para que digan “¡Awwwwww!” sino para manifestar mi profunda indignación con este gobierno que sólo busca el populismo, hacer creer a la gente que ellos “están”.
            Llegamos a las 8 de la mañana supuestamente para clasificar alimentos y armar cajas familiares que luego serían enviadas a diversos lugares. ¿Qué terminé haciendo? Cargué cajas que ya estaban listas desde la noche anterior y que no habían sido despachadas porque LES FALTABA EL LOGO DEL GOBIERNO. Éramos aproximadamente doscientas personas PERDIENDO EL TIEMPO (porque era una pérdida de tiempo) de la manera más estúpida simplemente porque las cajas no tenían el PUTO LOGO y por eso no podían salir de ahí.
            Con mi prima nos acercamos a preguntarle a un encargado que era del gobierno ¿De que servía el logo? ¿Cuál era la utilidad? ¿Alimentaría más familias? ¿Levantaría casas? ¿¡VALE OTRO!? La respuesta: “Es que TODAS estas cosas las COMPRÓ el gobierno a precio mercado al supermercado JUMBO, QUE NO NOS ESTÁ HACIENDO NINGÚN FAVOR y el logo es para que la gente sepa que NO FUE UNA DONACIÓN”. Y ahí yo insistí: “¿Pero de qué sirve? Podríamos estar armando más cajas o hacer otra cosa más útil que pegar el famoso logo” Su respuesta: “Es que igual no han llegado los camiones”. En ese momento me fui a seguir cargando cajas pensando en que si no apurábamos la causa la ayuda no llegaría nunca a la gente.
            ¿Por qué no estaba la presidenta los diputados, senadores y ministros haciendo esa pega que no le sirve a nadie? No le sirve a nadie, igual que ellos por lo demás. Me sentí súper inútil, si hubiera cargado cajas para llenar camiones me da lo mismo pero eso lo encontré a lo menos insólito. Ayer no le habían puesto los logos porque no habían llegado ¡sólo por eso las cajas seguían ahí! Piden voluntarios ¿para qué? Para después llenarse el hocico mentiroso diciendo que la gente trabaja codo a codo con el gobierno, que el gobierno hace todo lo posible, que el gobierno, que el gobierno y el gobierno. Déjenme decir que el gobierno es una soberana mierda, desorganizado como ellos solos y a los que solo les interesa que la gente diga que ellos hicieron algo pero lo único que hacen es entorpecer el proceso con esa burocracia estúpida. Cero aporte.
            Yo no fui a ayudar por hacerme popular ni de pindi porque eso me carga, lo hice porque Valpo es una de las ciudades que me acogió y duele verlo destruido, que después de tener tantos colores ahora el negro y el gris sean los que predominen; por lo demás cuando uno ayuda lo hace calladito pero ahora me siento estafada y frustrada y necesitaba desahogar mi rabia. Siento que no fui ningún aporte para Valparaíso, sólo para esas ratas asquerosas que quieren inflar el pecho y sacar aplauso con algo que es su obligación: ayudar a los que les dan el voto. La triste realidad es que el ser humano siempre trata de sacar provecho y de la peor manera. En fin, sólo quería compartir que estoy indignada.

martes, abril 08, 2014

Perfecta

Soy lo que tanto quise ser. Desde niña mi único anhelo fue crecer, conseguir mi independencia y ser una profesional exitosa para manejar mi vida a mi antojo lejos de los reproches de mi familia. Si, lo conseguí todo: la profesión que a mí me gustaba, en la universidad que yo quería y en la ciudad más alejada; un departamento para mi sola, un trabajo que me acomoda y en el que hago y deshago porque soy mi propia jefa. Maravilloso, nunca la vida había sido tan dulce como ahora. El éxito es el mayor de mis placeres.
            Ahora que me miro en el espejo tan bien vestida y maquillada es difícil reconocerme entre tanta hermosura y perfección, es como si no fuera yo…Quizás no soy yo. No queda ningún rastro de la joven simple y noble, con una sencillez absoluta que iba desde la ropa hasta lo más profundo de su ser. No, nada queda de ella ni de su corazón puro y leal. ¿A quién le importa eso de todas formas? ¡Lo que estoy pensando es una soberana estupidez! ¡Por favor, mírate! No podrías ser ni la mitad de lo que eres ahora si aún fueras esa tonta simple y bonachona. ¡Qué horror!
            Aún recuerdo cuando quería más al resto que a mí, cuando lo daba todo y no recibía nada y creía en todos esos discursos baratos sobre amar sin esperar. Claro, era una adolescente ñoña de la que nadie esperaba nada. Creo que ni yo esperaba logar algo y eso fue mi impulso para alcanzar todo lo que me propuse, siempre me ha gustado llevar la contra incluso a mí misma. ¡Qué días aquellos! Era tan hippie, tan soñadora, tan ilusa, tan inocente ¡y tan tonta! Pero uno crece, la vida pasa con tantos remezones entre medio que los cambios son inevitables y poco a poco tu esencia muere. Ahora no creo en esos discursos, sigo sin esperar nada de nadie pero ahora tampoco doy nada.
            Así llegan días como el de hoy para mí en el que te miras al espejo y sabes que estás mirando a una extraña, en algún momento te perdiste y no sabes con exactitud cuándo fue. Pero soy exitosa y hago lo que quiero, eso lo vale ¿o no? Todo el sacrificio y la transformación deben tener su recompensa, el trabajar como esclava aunque ya no esté tan convencida de que esto es lo mío, vestirme con esta ropa incómoda para encajar en el mundo y verme intelectualmente sexy. Si, ser una mujer modelo, independiente, fuerte, segura y exitosa lo vale. Claro que lo vale.
            Me veo tan linda, es el reflejo que siempre quise ver cuando era una persona insignificante para todos…o significante cuando les convenía en realidad. Quien diría que llegaría tan lejos, mi papá jamás lo hubiera imaginado porque no fue el camino que él tenía pensado para mí. No, él quería una hija sumisa y abnegada, no la loca rebelde que se lanzó contra todo (incluso su propia familia) para salirse con la suya. A veces me pregunto si estará orgulloso pero supongo que eso siempre será un misterio.
            Mi vida es perfecta, mi vida es perfecta, mi vida es perfecta…Sin embargo, duele mirarme en el espejo y no saber quién soy, detesto la soledad en la que me he sumergido; estoy odiando mi trabajo y mi vida en general porque me siento en el limbo. Mi vida es perfecta pero no soporto usar esta ropa estrecha e incómoda y ya no tolero este maquillaje que sostiene mi sonrisa perfecta y toda la farsa detrás de mi perfección. Mi vida es perfecta pero el éxito no compensa todo lo que me falta, no aleja mi inseguridad ni me da fortaleza sólo me consume poco a poco.

            En este último tiempo extraño más que nunca a esa chiquilla simple, la que tenía corazón, la que sentía algo. Ahora cuando todo se ha vuelto vacío me despierto de mi ensueño y me doy cuenta de que mi vida es perfecta para todos menos para mí, que todo lo que he logrado ha sido un suicidio en vida distanciándome de lo que creía correcto para alcanzar lo inalcanzable, para alejarme de una buena vez del dolor. Pero fallé, a fin de cuentas salió peor el remedio que la enfermedad porque si hay algo perfectamente claro en todo esto es que soy perfectamente infeliz.            

domingo, noviembre 24, 2013

Ida al Supermercado

     ¡Qué cosa más desagradable es ir al supermercado! ¡Me carga! Compadezco a los que tienen que ir seguido, sobre todo los fines de semana. Hoy me tocó a mi, hace tiempo que no iba pero cada vez que voy entiendo por qué le hago tanto el quite. Esa cuestión de las señoras que se atraviesan, los hombres echados en los carros estorbando y los mocosos llorando es realmente estresante. ¡Ni hablar de los precios! Da depresión comprar tres cosas y gastar una chorrera de plata.
     Por hacerla mejor se me ocurrió ir al Líder porque según yo es más barato en algunas cosas, mi antojo por costillar hizo que mi sagrado fin de semana gatuno vegetando en pijama se fuera a las pailas. Hice el sacrificio de levantarme pensando en el almuerzo de mañana: "Hace tiempo que no como costillar al horno con puré ¡mmm, que rico!" Así que partí cual abnegada dueña de casa pensando en las cosas de bruja que iba a usar para que me quedara rico, mis pociones y polvos mágicos, etc. Mientras, se me venía una imagen a la cabeza de un ama de casa de los años cincuenta con esos vestidos pomposos y una sonrisa en la cara mientras prepara un exquisito y producido almuerzo para la familia. 
     Llegué al supermercado y no habían canastos, ya eso era mal augurio porque entendí inmediatamente que las filas para pagar estarían repletas y que de 20.000 cajas habrían abiertas sólo cinco. Aún así no me importó, tomé un carro y me sentí ridícula porque sabía que iba por tres cosas, pero en fin, no podía andar con todo en los brazos. Entonces me fui derechito a la carnicería. No había tanta gente y eso me agradó, tomé un número; empecé a copuchentear los precios y busqué si había costillar, el anhelado costillar. ¡Que alivio sentí cuando lo vi resplandecer entre pollos y chuletas! Cuando me asomé a ver el precio sentí un llanto desgarrador...Mi billetera tiritaba adentro de mi cartera e imploraba compasión. ¡Que usura y que impotencia! ¡Adiós costillar! Será para otra vez. Plan B. No me quedó otra que pedir algo menos doloroso para mi bolsillo mientras me consolaba pensando en que...No, no tenía consuelo sólo rabia y frustración porque quería costillar pero bueno, a fin de mes no queda otra que estirar los tres pesos que quedan y comprar algo de la misma especie para sentir un saborcito parecido al menos. 
     Después de eso me fui a buscar las papas para mi puré con merkén mientras pensaba: "¡En esto si podré satisfacer mi antojo!" ¿ Y que pasó? Ésta vez lloré yo: ¡1500 pesos el kilo de papas! ¡Inaudito! ¡Qué lamentable! En ese momento dije en voz alta (no tan alta tampoco) "¡No pienso comprar ni una huevada!" Y con las cejas juntas partí a la sección de los congelados a comprar una bolsa de medio kilo de papas pre-fritas que tiré de mala gana adentro del carro. No quiero mencionar detalladamente el colapso que me dio cuando vi el precio de un pepino de ensalada...El precio de las lechugas era un misterio así supuse que su valor era mínimo un millón de pesos y como tantos ceros no caben en un papelito de esos lo omitieron.
     Honestamente ya no se cual es el peor sufrimiento de ir a comprar al supermercado: si andar por los pasillos chocando con pololos que van de la mano o abrazados y además con un carro que dejan atravesado en cualquier parte y que evita que la gente pueda pasar; o con las señoras que sacan a pasear a los cabros chicos que lloran porque se quieren llevar todo el supermercado. O que los hombres tan "caballeros" como siempre por andar echados como bestias estorben y los que se quieren ir luego pasen casi por encima de una ¡Ellos no deberían andar con carros! ¡Qué sepan manejar autos no les da licencia para manejar los carros en el supermercado porque son igual de imprudentes y buenos para estorbar!. Por otro lado no faltan las viejas aseguradas con un trasero enorme que se cruzan para ganarte el puesto en la fila de la caja. Y como si todo eso fuera poco nos encontramos con precios estratosféricos que hacen que la gente quede en la ruina.
     No se cómo hay personas a las que les gusta ir al supermercado, es una tortura. Espero que no me toque ir en harto tiempo más, le prendo velas a mi pobre hermana que se tiene que mamar esa tarea. Lo que es yo, lo evitaré lo más que pueda durante un buen tiempo sobre todo ahora que "viene" navidad y la gente piensa que el mundo se acabará y no habrá más comida en la tierra nunca jamás. En conclusión, si es como yo y tiene que ir al supermercado...No vaya y mande a alguien.